El ladrillo es uno de los materiales más antiguos y versátiles en la construcción, extendiéndose más allá de los simples muros de mampostería. Sus orígenes se remontan al 7500 a.C., apareciendo ejemplos cocidos en hornos hacia el 3000 a.C., lo que supone un avance tecnológico hacia construcciones más resistentes. Se extendieron por Europa y Asia alrededor del año 1200 a. C. y reemplazaron materiales como la madera y la piedra en regiones escasas. Los ladrillos romanos, que destacaban por su forma alargada, fueron muy utilizados en la construcción de sus ciudades y aún sobreviven en la actualidad. La historia del ladrillo está entrelazada con la de las civilizaciones, siendo un material fácil de producir, resistente y versátil, permitiendo multitud de aplicaciones y consiguiendo resultados impresionantes e inusuales.
Diseñada por Coletivo de Arquitetos, la Residencia Tailandesa ejemplifica las múltiples posibilidades que ofrece el ladrillo en la arquitectura contemporánea. Ubicada en una zona costera del estado de Sergipe, esta residencia no sólo ejemplifica la estética del material, sino también su funcionalidad y adaptabilidad a las condiciones locales. Una de las características más llamativas del proyecto es su ejecución en dos bloques diferenciados. El pabellón principal alberga la mayor parte del programa de la casa, mientras que un segundo bloque conectado alberga la zona gourmet, los servicios y el garaje. Esta configuración proporciona una distribución inteligente de los espacios y una integración armoniosa con el entorno.
Antes considerado un espacio meramente funcional y a menudo descuidado, la cocina está cada vez más integrada al diseño residencial contemporáneo. Este cambio puede atribuirse al aumento en la valoración del espacio diario y a la percepción de la cocina como un lugar central en la vida cotidiana. Hoy en día, elementos como los muebles, el trabajo en metal y las encimeras de piedra natural conviven armoniosamente con el resto de la casa, creando espacios que no sólo son estéticamente agradables, sino también funcionales para el uso diario.
Sin embargo, los electrodomésticos suelen plantear un reto de diseño, ya que pueden discrepar con el estilo de un ambiente y llamar la atención más de lo esperado. Los refrigeradores empotrados ofrecen una solución elegante para las cocinas, ya que permiten combinar a la perfección los muebles y electrodomésticos para crear una estética cohesionada. La ausencia de electrodomésticos a la vista o el encaje perfecto con el resto del mobiliario ayudan a mantener un aspecto elegante y organizado, mejorando el atractivo visual del espacio. Están diseñados para encajar perfectamente con los muebles, creando un aspecto cohesivo y contribuyendo a una estética limpia y minimalista en la cocina.
Felipe Savassi se destaca como una mezcla de diseñador y comunicador en la escena arquitectónica brasileña. Comparte su pasión por la arquitectura y su visión emprendedora con sus miles de estudiantes y seguidores en las redes sociales, a través de contenidos que buscan impulsar un enfoque centrado en promover la construcción industrializada y modular. Graduado en Arquitectura y Urbanismo por el Instituto Isabela Hendrix de Belo Horizonte, su labor profesional se sustenta en cuatro pilares esenciales: concepción y ejecución de proyectos arquitectónicos, educación, tutoría y consultoría, además de un fuerte compromiso en comunicación y difusión de contenidos.
Cuando hablamos de sostenibilidad en la construcción, nos hemos acostumbrado a un enfoque apoyado en soluciones tecnológicas complejas, sensores y materiales costosos y, hoy en día, inteligencia artificial. Sin embargo, surge una provocación: ¿y si todo lo que buscamos pudiera surgir de los propios materiales, aprovechando sus propiedades intrínsecas, sin siquiera depender de la energía eléctrica? El uso de materiales hidromórficos ofrece una perspectiva innovadora y arroja luz sobre posibilidades poco exploradas en este campo. Estos materiales tienen la capacidad de adaptarse a las variaciones de humedad ambiental, cambiando su forma, tamaño u otras propiedades físicas. Los ejemplos en la naturaleza incluyen la madera, proteínas higroscópicas como el colágeno, polisacáridos como la celulosa y la quitina, minerales higroscópicos como ciertas sales y gel de sílice, así como esporas y granos de polen, todos ellos exhibiendo la capacidad de absorber o liberar humedad en respuesta a los cambios de humedad. En la arquitectura, los investigadores se han esforzado por desarrollar materiales, especialmente para las fachadas, que puedan tener vida propia y hacer que los edificios sean más confortables de forma natural.
Desarrolladas en Europa Central durante la posguerra, las fachadas denominadas EIFS ("Sistemas de aislamiento y acabado exterior", por su nombre en inglés Exterior Insulation Finish System) surgieron como una solución innovadora para la reconstrucción de ciudades devastadas. Inicialmente diseñadas para entregar una nueva estética a las estructuras, los primeros sistemas consistían en una capa de aislamiento térmico aplicada directamente sobre la pared, seguida de un revestimiento decorativo. Con el avance de la tecnología y el desarrollo de nuevos materiales, las fachadas EIFS se han potenciado para ofrecer un mejor rendimiento en términos de aislamiento térmico, resistencia a la intemperie y durabilidad. El desarrollo de materiales sintéticos, como el poliestireno expandido (EPS) y las mallas de fibra de vidrio, ha permitido crear sistemas más eficientes, ligeros y versátiles.
Transparencia, integración y límites son palabras clave para entender el trabajo de Riken Yamamoto. Ganador del Premio Pritzker en 2024, el trabajo del arquitecto japonés puede ser reconocido por su capacidad para establecer y desafiar los conceptos espaciales convencionales de la materialidad, creando espacios que promueven interacciones y conexiones entre las personas y su entorno. La transparencia, ya sea en la configuración física de los edificios, la elección de los materiales utilizados o la filosofía subyacente aplicada en todas sus obras, emerge como un elemento central a lo largo de su carrera.
Los ladrillos forman parte del imaginario colectivo cuando pensamos en construcción. Se trata de materiales elementales, omnipresentes, modulares, ligeros y confiables para la construcción de edificios. Sin embargo, la fabricación tradicional de bloques cerámicos se basa en la quema de arcilla en hornos a altas temperaturas, por lo general alimentados con combustibles fósiles no renovables como el carbón o el gas natural. Además, el proceso de transporte aumenta significativamente su huella ambiental, ya que los materiales son pesados y voluminosos. Sabemos que existe un interés creciente por encontrar materiales de construcción alternativos, que ofrezcan un menor impacto ambiental y una mayor sostenibilidad. De hecho, los ladrillos de suelo cemento son un buen ejemplo, ya que presentan una menor huella ambiental al utilizar materias primas locales y eliminar el proceso de quema, pero manteniendo muchas de las cualidades intrínsecas de los ladrillos tradicionales.
Piezas de porcelanato han sido hábilmente elaboradas en todo el mundo durante siglos, siendo ampliamente utilizadas en suelos, paredes, escaleras e incluso encimeras. Este material, derivado de arcilla fina y sometido a altas temperaturas, es reconocido por su estética refinada, facilidad de mantenimiento y baja absorción de agua. Su notable versatilidad y durabilidad lo distinguen, convirtiéndolo en una elección destacada para diversas aplicaciones. En su proceso de fabricación, tras la fase de secado, las piezas se abren a infinitas posibilidades de impresiones y patrones gracias a la tecnología de chorro de tinta láser, permitiendo alcanzar los efectos deseados en cuanto a color y textura. Este enfoque tecnológico no solo refuerza la calidad del producto, sino que también añade una dimensión creativa a la aplicación de estas piezas de porcelanato en entornos diversos.
Mucho más allá de las modas temporales, los revestimientos de porcelanato con texturas se han destacado como una forma efectiva de transformar los interiores. Estos pueden ser empleados en paredes específicas para destacar, creando puntos focales que realzan la decoración, permiten aumentar la luminosidad y el movimiento en los espacios gracias a sus facetas tridimensionales, y pueden combinarse con accesorios y elementos para romper con la paleta cromática dominante.
Es curioso pensar como los elementos que suelen pasar desapercibidos desempeñan un papel fundamental en la construcción de edificios y estructuras de nuestra vida cotidiana. Tornillos, clavos y adhesivos son componentes muchas veces subestimados, pero desempeñan un papel crucial en la conexión de vigas estructurales, en la creación y mantenimiento de muebles y en la unión de diferentes materiales. Especialmente en el caso de los adhesivos arquitectónicos, la especificación correcta desempeña un papel esencial para que un edificio funcione de manera efectiva, asegurando su vida útil prolongada. Además, los adhesivos pueden influir de manera positiva en la comodidad y en la huella ecológica de los proyectos.
Los espacios comunes, ya sean internos o externos, públicos o privados, se caracterizan por ser lugares de encuentro, oportunidades, intercambio de ideas o bienes, y en última instancia, le confieren identidad a las ciudades. Sin embargo, con la aparición de Internet y las redes sociales, muchas de estas funciones se han trasladado al ámbito virtual o han perdido parte de su relevancia, y hemos sufrido un impacto en las relaciones durante el largo período de aislamiento debido a la pandemia. Ante este desafío, los profesionales de la arquitectura se enfrentan a la cuestión fundamental de cómo revitalizar estos espacios cruciales para la sociedad. ¿Será el diseño la clave para reavivar estos lugares? ¿Cómo es posible lograr que estos espacios, que son a la vez de todos y de nadie, sean realmente cómodos?
La crisis mundial de la vivienda genera una amplia gama de desafíos, que van desde la falta de vivienda hasta la realidad de millones de personas que enfrentan condiciones de vivienda precarias, hacinamiento y alquileres excesivamente altos. Enfrentarlo implica voluntad política, la unión del Estado y la iniciativa privada, pero principalmente soluciones innovadoras que prioricen la accesibilidad, la sostenibilidad y mecanismos gubernamentales que lo permitan. Una cosa es segura: necesitamos construir masivamente en el futuro para mejorar esta situación. La implementación de métodos de construcción eficientes, como la prefabricación y la construcción modular, puede acelerar la creación de unidades de vivienda asequibles al reducir los costos y plazos de construcción y la adopción de prácticas de construcción respetuosas con el medio ambiente, como el uso de materiales reciclados y el diseño de estructuras energéticamente eficientes, no solo contribuyendo a la sostenibilidad. pero minimizando los gastos operativos a largo plazo para los residentes.
La práctica del upcycling, predominante en sectores de la moda a la construcción, no solo revitaliza artículos desechados, agregando valor y función, sino que también contribuye a transformarlos en recursos valiosos. Adoptar el espíritu de la economía circular, aprovechando residuos agrícolas, como espigas de maíz, paja de arroz y bagazo de caña de azúcar para materiales de construcción, marca un cambio fundamental hacia prácticas sostenibles, promoviendo un sistema de circuito cerrado que minimiza los residuos y optimiza la eficiencia de los recursos.
CornWall®, desarrollado por Stone Cycling, surge como una innovación pionera en este sentido. Inspirado en el cambio imperativo hacia una economía de base biológica, incorpora una solución transformadora que aborda las preocupaciones apremiantes del impacto ambiental de la industria de la construcción. Conversamos con Ward Massa, un visionario de Stone Cycling, sobre este material. Se trata de un material de acabado de paredes fabricado a partir de biomasa vegetal, obtenida principalmente de los núcleos de las espigas de maíz de origen regional. Estos residuos orgánicos están ampliamente disponibles y normalmente se destinan a la fermentación, la quema como biomasa o a convertirse en simples residuos orgánicos.
Ya sea a través de pequeñas muestras de materiales o de un collage digital, un moodboard es una valiosa herramienta de diseño para arquitectos y diseñadores, como un panel de inspiración con colores y elementos que guiarán las elecciones. La idea es que los profesionales los utilicen como una herramienta de inspiración para componer sus proyectos y definir fondos, texturas predominantes y detalles destacados. Para ello, las superficies juegan un papel fundamental a la hora de definir un espacio, marcando el tono del mismo, al igual que la música, donde todos los demás elementos pueden coincidir o no con la armonía de la paleta elegida.
“En solo una generación, hemos pasado del lápiz a la Inteligencia Artificial.” Esta frase de Knut Ramstad, de Nordic Office of Architectureen este video, resume los cambios sísmicos que hemos presenciado en la forma en que desarrollamos nuestros proyectos durante las últimas décadas, lo que ha traído mayor eficiencia, posibilidades de visualización y comprensión, así como el análisis expreso de variables de diseño. Las arquitecturas se han vuelto más complejas, con más variables, muchas nuevas demandas y exigencias, y los plazos no se están reduciendo. En este paisaje en constante evolución de la industria de la arquitectura, ingeniería y construcción (AEC), los avances tecnológicos han desencadenado un cambio radical en el enfoque de los profesionales para concebir, planificar y ejecutar proyectos, ampliando un abanico de oportunidades y destacando el poder transformador de los datos como un recurso esencial. Esta transformación puede catalizar la eficiencia y sostenibilidad de la industria, con un enfoque crucial en la reducción de la huella de carbono y la minimización de la generación de residuos.
La humedad y las filtraciones son problemas persistentes y extremadamente molestos, especialmente debido a su complejidad de resolución. Estos problemas no solo comprometen la estética de las paredes y techos, sino que también pueden tener graves consecuencias en la salud de las personas y la integridad estructural del edificio. Por lo tanto, la prevención es fundamental, comenzando por el diseño y los detalles, que deben elaborarse minuciosamente para mitigar al máximo estos inconvenientes. La elección de los productos y métodos a aplicar depende de las necesidades específicas de cada área de la residencia y de las condiciones locales. Para garantizar una impermeabilización eficaz y duradera, es crucial seguir rigurosamente las instrucciones del fabricante y, en muchos casos, contar con la orientación de profesionales calificados.
Las certificaciones de construcción sostenible pueden desempeñar un papel crucial en la mitigación del cambio climático al establecer criterios sólidos para fomentar prácticas ecológicamente responsables en la industria de la construcción. No solo otorgan visibilidad pública y monitorean el desempeño, asegurando el cumplimiento de regulaciones, sino que también estimulan la reducción del impacto ambiental, al mismo tiempo que recompensan a los edificios que cumplen con rigurosos estándares de sostenibilidad. Al establecer niveles más altos de excelencia en proyectos y construcciones, estas certificaciones ejercen influencia en la evolución de los códigos de construcción, en la capacitación de los profesionales y en las estrategias corporativas.
Cuando hablamos de tecnología, a menudo pensamos en robots, supercomputadoras, centros de datos o teléfonos inteligentes. Pero la tecnología también se refiere a la invención de las primeras herramientas de piedra tallada o al desarrollo de la máquina de vapor, responsable de la primera Revolución Industrial. El término proviene de la combinación de las palabras griegas "techne" (arte, artesanía) y "logos" (palabra, discurso), y no es más que la aplicación del conocimiento para lograr objetivos de una manera específica y reproducible, con fines prácticos. En el sector de la construcción, que involucra grandes cantidades de recursos y personas, más tecnología significa incorporar nuevos métodos, herramientas, automatización y software que pueden mejorar la eficiencia de las construcciones. Esta industria, históricamente reacia a la innovación, representa un gran impacto en el medio ambiente a través de las emisiones de carbono y la explotación de materias primas. Sin embargo, a medida que la construcción se adentra en el mundo digital, los constructores han comenzado a ver la tecnología como un medio para optimizar prácticas e identificar, construir y gestionar sus proyectos.
La innovación prospera cuando nos detenemos a observar, cuestionar y reimaginar el mundo a nuestro alrededor, convirtiendo los desafíos en oportunidades de progreso. La naturaleza, en particular, sirve como una rica fuente de inspiración. Al observarla, estudiar sus desafíos cotidianos y contemplar los procesos existentes, podemos descubrir ideas valiosas que inspiran soluciones innovadoras.
Uno de estos desafíos actuales en el mundo es la producción de concreto, un material antiguo y extremadamente popular. También es responsable de una parte significativa de las emisiones globales de CO2 debido al proceso intensivo en energía de la producción de cemento y las reacciones químicas involucradas. Se estima que la producción de concreto es responsable de aproximadamente el 8% de las emisiones anuales de CO2 del mundo, bombeando 11 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera todos los días, lo que representa el 8% de las emisiones anuales de CO2 y consume el 9% del agua industrial anual del mundo. Además de esto, tenemos una proyección de que el stock de construcción mundial se duplique para 2060, el equivalente a construir una ciudad entera de Nueva York cada mes durante los próximos 36 años, lo que significa una demanda increíblemente creciente de cemento y hormigón. ¿Podemos hacer algo frente a este escenario desalentador? En este artículo, hablamos con Loren Burnett, CEO de Prometheus Materials, que ha desarrollado un material imitando los procesos naturales para recrear el concreto tal como lo conocemos.