La piedra, como material de construcción, ha sido fundamental desde las etapas iniciales de la sociedad humana, presente en diversas formas en nuestro entorno. Desde estructuras adinteladas hasta robustos muros de piedra seca, su presencia arraigada en nuestro entorno y en las primeras construcciones ha sido evidente. Alvar Aalto destacó este hecho, al afirmar que esta arquitectura temprana podría considerarse la "genialidad del descubrimiento", ya que en aquel entonces, la naturaleza era la única proveedora de materiales de construcción.
Con el paso del tiempo y el refinamiento de los procesos para transportar, manipular y trabajar la piedra, este material se ha convertido en uno mucho más noble y fácil de manejar. Si bien conserva sus características fundamentales, ahora es posible ampliar su aplicación como revestimiento —principalmente en baños y cocinas— utilizando piedras de menor tamaño, conocidas como pebbles (guijarros). Esto las convierte en un elemento del diseño que integra un interés visual y una nueva experiencia táctil, añadiendo así una dimensión adicional a su uso.