La arquitectura educacional contemporánea ha dejado de imitar los edificios cerrados que se asimilan más a una cárcel o a un hospital que a un lugar donde se fomenta el desarrollo académico de las generaciones más jóvenes. Bien sea una universidad, una secundaria, una primaria o una preescolar, todas deben ser infraestructuras que impulsan el pensamiento libre y creativo pues ya está obsoleta la idea que se debe educar a los alumnos como si fueran parte de un ejército que no puede cuestionar las órdenes. Es entonces donde la arquitectura de estos espacios juega un rol protagónico, como el campo de juego donde conviven alumnos y estudiantes por un periodo de sus vidas considerable.
En el medio del sur de los Andes ecuatorianos, cerca de la ciudad de Cuenca, la Capital Cultural Mundial de la UNESCO, PPAG Architects está construyendo la escuela alemana Stiehle al resultar ganadores del concurso al que fueron invitados.