Norman Foster apenas comenzó a casualmente subir fotos a Instagram este año. Pero que no te engañe su corta trayectoria en esta red social que surge en 2010. A la edad de 82, el arquitecto británico ha demostrado que sus talentos van más allá de diseñar edificios.
Lo que logra hacer que el Instagram de Norman Foster resulte más encantador que el de Bjarke Ingels, o más impresionante que el de Richard Branson, es una compleja mezcla de un je ne sais quoi, habilidad atlética y un sentido de que "es como cualquiera de nosotros." Los arquitectos aman que las fotos proporcionan una mirada detrás-de-escenas a la vida de uno de los profesionistas más prolíficos y renombrados de nuestro tiempo. Tras los premios y la Baronía, descubrimos a un hombre nadando, andando a bicicleta y remando por su octava década de vida. Es alentador ver cómo un arquitecto que siempre ha buscado estar a la vanguardia de la innovación y lo audaz no muestra señales de parar pronto.
Las publicaciones en Instagram de Lord Foster nos muestran actividades humanas positivas que debemos respetar como profesión: pasar tiempo con la familia, tomar una vacación y, lo más importante, disfrutar su trabajo como arquitecto – una pasión creativa, o manera de vivir, que permea todo lo que hacemos. Si en verdad estamos pasando la era de los "cultos a la personalidad" cultivada por los medios masivos, es fascinante ver a Norman Foster tomar ventaja de la relación uno-a-uno entre figura pública y el público al mostrarnos abiertamente lo que disfruta, atesora y se esfuerza por lograr.