El León de Plata otorgado al Pabellón de Chile en la presente Bienal de Venecia, el premio MCHAP para Arquitectura Emergente entregado en mayo pasado a la Casa Poli de la oficina Pezo von Ellrichshausen y la pronta inauguración del pabellón de Smiljan Radic para la británica Serpentine Gallery no son hechos aislados, sino son reflejo de una arquitectura chilena -ya madura- que logra despojarse de cierta visión editorial que vio a Chile durante años como un país-paisaje en la esquina del mundo, poblado de viviendas unifamiliares arropadas por geografías asombrosas, para luego reconciliarse/reconocer a sus centros urbanos y dar un brinco a la escena mundial.
En ese contexto, el diario británico Financial Times dedicó un artículo a este boom nacional de la mano de un cúmulo de profesionales ya consolidados como Smiljan Radic, Mathias Klotz, Pezo von Ellrichshausen y Elemental. Para este salto, ¿qué cambió en la arquitectura chilena?