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¿Cuál será el legado de Mandela en términos de espacio?
Desde la ventana de un avión se vuelve demasiado claro que el apartheid ha sido profundamente escrito en el paisaje sudafricano. Incluso el pueblo más pequeño aparece como dos pueblos distintos. Uno cuenta con una amplia red de calles arboladas y casas cómodas rodeadas de césped. El otro, su gemelo marchito que se ubica a cierta distancia, pero conectado por una carretera muy transitada, consiste en una cuadrícula mucho más estricta de caminos de tierra rodeados de chozas. Los árboles son una rareza, el césped inexistente. Este patrón de duplicación aparece sin importar el tamaño de la población: aquí, la ciudad blanca; allá, el barrio negro. - Lisa Findley,“ Red & Gold: A Tale of Two Apartheid Museums.”
Existen pocos sistemas de gobierno que confiaron tanto en las delimitaciones del espacio que el gobierno del Apartheid en Sudáfrica (1948-1994). Manejando agresivamente las teorías de la modernidad y la superioridad racial, los planificadores urbanos de Sudáfrica no sólo impusieron el apartheid, sino que se incrustaron en cada ciudad, convirtiéndola en una experiencia cotidiana degradante para los ciudadanos marginados de Sudáfrica.
Cuando Nelson Mandela y su partido, el Congreso Nacional Africano, fueron elegidos democráticamente para tomar el poder en 1994, reconocieron que una de las maneras más importantes de disminuir el legado del Apartheid sería espacial: la integración de los pueblos blancos y las poblaciones negras, y revivir aquel "gemelo marchito".
Al recordar a Mandela - sin duda el hombre más importante de la historia de Sudáfrica - y ponderar su legado, también debemos considerar también su legado espacial. Es en las dimensiones físicas y espaciales de los pueblos y ciudades de Sudáfrica que realmente podemos ver la resistencia del Apartheid, y poder darnos cuenta en qué medida las palabras de Mandela en torno a una reconciliación e integración justa, se han llevado a cabo.
Video: Una mirada de esperanza para la olvidada Torre del Ponte de Johannesburgo
La Torre del Ponte es un edificio residencial de gran altura en Johannesburgo, Sudáfrica, con una historia única y ahora, un futuro prometedor. Fue diseñado por el arquitecto Manfred Hermer en la década de 1970 como uno de los lugares más cotizados para vivir en la ciudad, con grandes departamentos de varios niveles y jacuzzis en su cubierta. Con el tiempo, sin embargo, el edificio se fue deteriorando y en lugar de ser un ícono de la riqueza y la prosperidad, se convirtió en un icono de la pobreza y la indiferencia. Actualmente se asocia con la delincuencia, la basura y una alta tasa de suicidios, gracias al gran núcleo vacío en el interior.