Saliendo de un fin de semana de temperaturas brutalmente frío en el noreste de Estados Unidos, elogiar el hielo podría molestar a algunos. Pero al ver las creaciones acuosas de los Ice Castles ubicados en Utah, generan un caso convincente para soportar la ira del invierno. Usando un sistema patentado, la empresa diseña construcciones de hielo formados a través de un proceso aditivo en el que una subestructura de malla hecha de carámbanos se riega con agua líquida, lo que resulta en grandes formaciones con la aparición de estalactitas o gases sublimares congelados en el tiempo.
Según la temporada, en cuatro lugares de clima frío en América del Norte, la compañía crea castillos de diferentes tamaños que se construyen a lo largo de tres a cuatro semanas y que se mantienen durante aproximadamente seis a ocho semanas más adelante. Lo que puede parecer como una actividad simple (después de todo, es sólo hielo y agua) es en realidad una compleja orquestación, no muy diferente de la arquitectura más tradicional, que implica la cuidadosa consideración de una serie de factores estratégicos y específicos del sitio.