Un símbolo histórico de la era industrial: el techo en diente de sierra es un legado perdurable de la historia arquitectónica. Aunque es una invención funcional que nace hace casi 200 años, esta icónica forma está experimentando un renacimiento en muchos proyectos contemporáneos.
Compuesto por muchos techos largos y delgados con pendientes irregulares colocados uno al lado del otro, un tejado en diente de sierra posiciona sus bordes más empinados, llenos de paneles de vidrio, lejos del ecuador. Esto permite que los edificios grandes controlen su ganancia solar al omitir la luz solar directa, al mismo tiempo que permite que la luz natural indirecta y uniforme llegue a toda el área interior.