En la vorágine del día a día, una gran mayoría de los centros urbanos se transforman para dar paso a nuevas funciones y/o necesidades que demandan sus poblaciones buscando mejorar, renovar o actualizar aquellas infraestructuras, equipamientos, redes y espacios que posibilitan la vida en comunidad. Si bien los tiempos van cambiando y con ellos varias edificaciones, por ejemplo, que en su momento cumplían funciones importantes de protección o resguardo, comienzan a quedar obsoletas. Sin embargo, el legado patrimonial que dejan da cuenta del paso del tiempo y aporta un testimonio vivo de su historia que colabora en la consolidación de la identidad y el reconocimiento de un sentido de pertenencia.
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De fábricas a viviendas: Adaptación contemporánea de la arquitectura industrial de España
La progresiva desindustrialización de las ciudades, ya sea por cambios en las normativas de protección ambiental -en términos de ruido y emisiones- o por el aumento del valor del suelo, ha provocado un sistemático desplazamiento de los edificios fabriles hacia la periferia de los conglomerados urbanos. Por este motivo, numerosas naves industriales han quedado vacías y obsoletas, perdiendo sus funciones originales. Por sus dimensiones, grandes luces, flexibilidad e indeterminación espacial, sin embargo, estos edificios suelen presentarse como espacios oportunos para llevar adelante refuncionalizaciones que permitan la incorporación de nuevos programas.
La renuncia a ocultar las huellas de los procesos materiales en la edificación
En esta ocasión, el arquitecto Rodrigo Rieiro Díaz, desde el Colectivo ARKRIT, nos trae un artículo que profundiza cómo algunos arquitectos contemporáneos se han negado a ocultar las heridas de las edificaciones derivadas de sus procesos de materiales en proyectos de rehabilitación, en una suerte de apuesta por enfatizar la preexistencia como atractivo plástico.
Si bien es cierto que no pintar -o cubrir con tapajuntas- las señales de los procesos materiales en la edificación durante los procesos encaminados a su reutilización supone un ahorro económico, parece que existe por parte de ciertos arquitectos contemporáneos una voluntad que va más allá de la mera supresión de una partida del presupuesto.
De hecho, existe una tradición contemporánea, la de la reutilización de edificaciones industriales como espacios para el arte, en la que esta práctica es habitual. Este modelo de centro expositivo a medio camino entre la galería y el estudio de artistas y orientado a un público joven y urbano, tiene ya una tradición de al menos 40 años. Hay algo de consagración del método, sin embargo, en su utilización por los ayuntamientos de grandes ciudades europeas para sus instituciones culturales y en la gran acogida en medios académicos y profesionales de estas intervenciones.
¿Cómo salvar el Patrimoino Histórico en peligro? / El Toblerone de Almería
¿Cómo salvar el Patrimonio Histórico cuando es demolido ante tus ojos?
A lo largo de las décadas, la conservación del patrimonio ha sido polémica. Cuando no ocupamos el tema desde el abandono de ciertas construcciones, es por malas intervenciones restauradoras en ellas, poco aceptadas por la población. Pero… ¿Qué ocurre cuando un edificio patrimonial es simplemente demolido, ignorando la opinión de sus habitantes, las propuestas de arquitectos, y la difusión de los medios de comunicación?
Hoy os traemos un ejemplo dramático, que nos llega desde la pequeña ciudad de Almería (Andalucía, España). Este edificio que ven en la imagen se construyó en los años 70 como parte del gran desarrollo minero que vivió la provincia. Los periódicos de la época publicaban orgullosos “el nuevo proyecto representa, además de una incuestionable mejora estética y urbanística, la solución tanto tiempo esperada al problema del mineral en la ciudad”.
A día de hoy nadie duda dicho valor, al que ya se le suma el histórico y patrimonial (informe sobre el valor patrimonial aquí), pero sobre todo, el sentimental. La vida de todos los habitantes de la ciudad está atada a recuerdos de infancia cruzando el puente del ferrocarril para caminar hacia la playa y visitar el gran Silo del mineral, conocido por todos como “El Toblerone” en honor a la forma de la famosa chocolatina.
Este rojizo y oxidado hito de la ciudad lleva años gritando a través de sus habitantes que sea convertido en un espacio para el arte y la cultura en la ciudad. Por desgracia, esas peticiones han sido ignoradas, y hoy se están ahogando en la nube de polvo tóxico de su demolición.