Si bien ha tomado fuerza la difusión y normativa de cómo reducir, reutilizar y reciclar cotidianamente los residuos sólidos urbanos (RSU), todavía no es la misma realidad para los residuos de construcción y demolición (RCD). Estos son los generados principalmente del desarrollo de proyectos nuevos, de la rehabilitación, reparación y reacondicionamiento de obras existentes; y de los procesos de preparación de terrenos y de la demolición de obras, tanto para la escala de una casa como de una ciudad. Estamos hablando tanto de la perdida de un gran volumen de hormigón, ladrillos, acero y productos como de la posibilidad de rescatar antiguas reliquias.
Queremos ofrecer a nuestros lectores la posibilidad de expresar abiertamente sus opiniones y experiencias sobre el reciclaje de estos desechos. Si todos fuéramos conscientes del impacto ambiental que genera la extracción, producción y comercialización de materiales - para que luego estos terminen como basura, ¿Cambiaría la forma en que diseñamos? ¿Cambiarían nuestras prácticas?