Las ciudades evolucionan a lo largo de incontables años, cada momento de cambio genera cambios sociales y arquitectónicos más grandes. Las metrópolis de todo el mundo están constantemente sujetas a fuerzas sociales, políticas, económicas o ambientales que alteran su identidad fundamental, un carácter que debe ser dinámico. A medida que las ciudades crecen en tamaño e impacto, los avances en la comprensión de las ciudades y el urbanismo se vuelven más complejos.
Las ciudades se forman a partir de una secuencia de narrativas, características, relaciones y valores socioespaciales que reflejan la identidad del lugar. El sustento de la ciudad también depende de su gente y de una relación mutua con ellos. Junto con sus comunidades y sus circunstancias, las ciudades se transforman para reflejar las necesidades y valores de sus residentes.