En Santiago (Chile), el arquitecto Juan Carlos López junto a Lautaro Catrileo y Dasic Fernández se adjudicaron el primer lugar en el Concurso de Arte Público 'Homenaje a Nelson Mandela', organizado por la Corporación para el Desarrollo de Santiago, Ilustre Municipalidad de Santiago y Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.
A construirse en el parque Portales de la ciudad capitalina, la propuesta ganadora plantea una cubierta horizontal sin muros como una "intervención abierta al encuentro entre personas: un escenario colectivo que convoque [...] como un hecho espacial y público", rindiendo homenaje a la gran figura de la caída del Apartheid sudafricano, Nelson Mandela.
Después de una ardua lucha de la comunidad local para impedir la construcción de un centro comercial en Brasilia, la capital brasileña sumaráun parque en homenaje a Nelson Mandela y un Museo de Cultura Afrodescendiente. El anuncio fue realizado recientemente por el Instituto de Arquitectos de Brasil (IAB) a los delegados de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) que participan en el 25° Congreso Mundial de UIA en Durban, Sudáfrica.
El presidente del Instituto Brasileño de Museos (Ibram), Ângelo Oswaldo, viajó a Durban para anunciar el futuro lanzamiento de la competición: el Museo de Cultura Afrodescendiente se construirá en el futuro parque que rendirá tributo al ex-presidente sudafricano, ocupando un área de aproximadamente 65 mil metros cuadrados, a la salida del Puente JK y a orillas del lago Paranoá.
Desde la ventana de un avión se vuelve demasiado claro que el apartheid ha sido profundamente escrito en el paisaje sudafricano. Incluso el pueblo más pequeño aparece como dos pueblos distintos. Uno cuenta con una amplia red de calles arboladas y casas cómodas rodeadas de césped. El otro, su gemelo marchito que se ubica a cierta distancia, pero conectado por una carretera muy transitada, consiste en una cuadrícula mucho más estricta de caminos de tierra rodeados de chozas. Los árboles son una rareza, el césped inexistente. Este patrón de duplicación aparece sin importar el tamaño de la población: aquí, la ciudad blanca; allá, el barrio negro. - Lisa Findley,“ Red & Gold: A Tale of Two Apartheid Museums.”
Existen pocos sistemas de gobierno que confiaron tanto en las delimitaciones del espacio que el gobierno del Apartheid en Sudáfrica (1948-1994). Manejando agresivamente las teorías de la modernidad y la superioridad racial, los planificadores urbanos de Sudáfrica no sólo impusieron el apartheid, sino que se incrustaron en cada ciudad, convirtiéndola en una experiencia cotidiana degradante para los ciudadanos marginados de Sudáfrica.
Cuando Nelson Mandela y su partido, el Congreso Nacional Africano, fueron elegidos democráticamente para tomar el poder en 1994, reconocieron que una de las maneras más importantes de disminuir el legado del Apartheid sería espacial: la integración de los pueblos blancos y las poblaciones negras, y revivir aquel "gemelo marchito".
Al recordar a Mandela - sin duda el hombre más importante de la historia de Sudáfrica - y ponderar su legado, también debemos considerar también su legado espacial. Es en las dimensiones físicas y espaciales de los pueblos y ciudades de Sudáfrica que realmente podemos ver la resistencia del Apartheid, y poder darnos cuenta en qué medida las palabras de Mandela en torno a una reconciliación e integración justa, se han llevado a cabo.