Un edificio neutral en carbono se logra cuando la cantidad de emisiones de CO2 se equilibra con iniciativas positivas para el clima, de modo que la huella de carbono neta a lo largo del tiempo sea cero. Teniendo en cuenta su capacidad inigualable para absorber CO2, la plantación de árboles a menudo se considera la mejor solución de compensación de carbono. Pero a medida que las ciudades se vuelven más densas y la cantidad de espacio horizontal disponible para espacios verdes se reduce drásticamente, los arquitectos se ven obligados a explorar otros enfoques.
Por lo tanto, para abordar estos desafíos climáticos y conectar a las personas con la naturaleza, las paredes verdes al aire libre se han convertido en una tendencia creciente en ciudades cada vez más verticales. Si bien hay investigaciones que afirman que estos pueden tener un impacto positivo en el medio ambiente, muchos cuestionan si realmente pueden contribuir a una arquitectura neutral en carbono. Aunque la respuesta puede ser bastante compleja, parece haber un consenso: las paredes verdes pueden ser efectivas, pero solo a través de un buen diseño.