El mundo se ve ciertamente diferente a través de los ojos de un niño pequeño; enorme, intrigante y algo abrumador. Cuando se le preguntó por sus recuerdos de la infancia en Suiza, Peter Zumthor compartió que los recuerdos de su juventud contienen las experiencias arquitectónicas más profundas, las que se han convertido en reservas de las atmósferas e imágenes arquitectónicas que explora en su trabajo como arquitecto en la actualidad.
Para comprender completamente cómo los niños cambian y crecen física y psicológicamente a lo largo de su infancia, es necesario observar en profundidad diferentes factores; como sus rasgos hereditarios y su genética, las interacciones que tienen con otros niños y adultos, así como el entorno en el que viven, juegan y aprenden. Para celebrar el Día Mundial de la Infancia, el 20 de noviembre, analizamos cómo los arquitectos y diseñadores estimularon la autonomía de los niños, promoviendo su bienestar mental y físico a través de la arquitectura y el diseño de interiores.