Entendiendo que la urbanización en el mundo es un fenómeno constante y en aumento, pareciera que la naturaleza y los elementos vivos que la conforman son escasos en los centros urbanos contemporáneos. En ese sentido, parecería que colectivamente hemos olvidado que el medio natural es el ambiente primordial de los seres humanos. Pero el hecho de que la sociedad haya optado por establecerse en ciudades como el modelo predominante, no significa que la naturaleza sea obsoleta. Por el contrario, la búsqueda constante de soluciones sostenibles y orientadas al bienestar de las personas puede proporcionarnos más y mejores respuestas.
La arquitectura biomimética, orientada en hallar soluciones sostenibles en el entorno natural, emerge como una respuesta para integrar la naturaleza al entorno construido. Esta integración va más allá de la mera imitación o copia descontextualizada, fundamentándose en el entendimiento y extrapolando sus cualidades a edificios e interiores. Por esta razón, estrategias específicas de biomimesis aplicadas a la arquitectura se pueden reflejar en los revestimientos cerámicos, abordando aspectos como la composición mineral, diseño y estética que se relacionan estrechamente con la naturaleza.