Durante décadas, nuestra sociedad ha adoptado predominantemente un enfoque extractivista al formular modelos para la fabricación de materiales en diversas industrias. Si bien ahora sabemos que este modelo es insostenible, queda una pregunta importante: ¿cómo lo hacemos? Puede que todavía estemos lejos de ofrecer una respuesta definitiva a este desafío, pero aún así, es emocionante observar que, en un contexto marcado por un horizonte global y ecológico desafiante, la comunidad arquitectónica mantiene un enfoque positivo al presionar por una reevaluación de lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Este impulso puede estar ganando relevancia debido al surgimiento de generaciones más conscientes en relación al medio ambiente, como la Generación Z y Alpha. Lo cierto es que estamos asistiendo al desarrollo de nuevas filosofías de producción, como la de materiales de origen vegetal, que adoptan prácticas encaminadas a favorecer el uso de recursos derivados de las plantas, reducir la dependencia de procesos extractivos y promover alternativas conscientes y sostenibles en diversos aspectos de la fabricación y producción de materiales en la arquitectura.