La translucidez, en esencia, es una propiedad óptica que permite el paso total o parcial de la luz a través de los materiales, sin proporcionar una visión clara de los objetos detrás de ellos. A pesar de su aparente sencillez, esta propiedad presenta aplicaciones fascinantes en el ámbito arquitectónico, generando propuestas atractivas y potentes que juegan con la luz sin obstruir las visuales.
Tradicionalmente, las láminas de vidrio han sido el material simbólico asociado a la transparencia, comúnmente utilizado en la fabricación de puertas y ventanas. Sin embargo, los avances tecnológicos en la producción y la exploración de materiales innovadores han ampliado significativamente las oportunidades para aprovechar esta propiedad tanto en aplicaciones interiores como exteriores. Estos avances desafían las limitaciones preconcebidas y fomentan la creatividad en el desarrollo de propuestas arquitectónicas novedosas.