Al hablar del ser humano, hablamos simultáneamente de un objeto y sujeto, o bien, tanto de un cuerpo (que permite la existencia de los sentidos) como de un alma (que los interpreta).
En Los Ojos de la Piel, Juhani Pallasma reflexiona – desde el punto de vista arquitectónico – sobre algunos de estos conceptos. En tiempo recientes, se le ha otorgado mayor importancia a la vista que a los demás sentidos, suprimiéndolos y, así, ocasionando la desaparición de algunas cualidades sensoriales y sensuales presentes en la arquitectura del pasado.