Diseñada por el arquitecto Ignasi Oms Ponsa y construida en el año 1896, la Torre Lluvià de Manresa se encontraba bajo un fuerte peligro de derrumbe, por lo que requería de acciones preventivas para evitar su pérdida patrimonial. El año 2012, el ayuntamiento de la ciudad compró el edificio residencial para convertirlo en un edificio público relacionado con el turismo y la promoción de productos locales.
En una primera etapa de proyecto, los arquitectos de Santamaria Arquitectes tuvieron la responsabilidad de rehabilitar la envolvente y la estructura del edificio, para -en un futuro próximo- remodelar sus interiores y adaptarlos a sus nuevas funciones.