El antiguo territorio persa, actualmente ocupado por Irán, atravesó un período de gran crecimiento y expansión durante los siglos XIV y XVI, principalmente bajo el dominio de las dinastías Timurid y Safavid. Durante estos dos siglos de soberanía y prosperidad, se han construido cientos de miles de mezquitas y palacios —edificios simbólicos y religiosos que han atraído a más y más creyentes y han establecido nuevos destinos de peregrinación en el país. Sin embargo, entre las innumerables estructuras icónicas construidas hasta finales del siglo XVI en Irán, no muchas han sobrevivido hasta nuestros días. En este contexto, los pocos manuscritos antiguos conservados son una rica fuente de información que nos ayuda a comprender la complejidad y la inmensidad de la arquitectura persa.
Pasando de gloria a ruina en un par de siglos, gran parte de todo el esplendor arquitectónico de una de las civilizaciones más importantes que el mundo haya visto nacer y florecer se reduce hoy a unos pocos manuscritos de Shahnameh, dispersos en la actualidad, además de libros ilustrados y poemas representativos de esa época. Inesperadamente, las escasas imágenes que ilustran las páginas de estos sagrados volúmenes y libros, son hoy el principal testimonio de la grandeza de la arquitectura islámica de antaño.