La Ley de la Polaridad también es válida en relación con la sociedad humana y las culturas: de hecho, todo tiene un opuesto. Las contraculturas han estallado como condenas a “los caminos del mundo”. Un movimiento contracultural es capaz de expresar el ethos y las aspiraciones de una población durante un tiempo específico, y a medida que se va explorando acerca de nuevos estilos de vida, la arquitectura de apoyo evoluciona para saciar los ideales utópicos de las nuevas sociedades. De esta manera, la arquitectura resulta ser un producto de la cultura para la que está diseñada.