
Uno se queda mirando estos dibujos deseando que fueran apuntes reales de nuestra ciudad. Parece como si hubieran sido dibujados después y no antes de ser siquiera concebidos. Han entendido tanto las líneas y proporciones de estas calles y costumbres. Nadie creería, a primera vista, que este proyecto le pertenece a arquitectos extranjeros, pues se percibe como local. Hay una clara sensibilidad y sencillez en el pulso y trazo detrás de toda esta escenografía de lo que sería la nueva ciudad visible. Estamos hablando del proyecto ACHKUR, “recoger con las dos manos”, algo que hacen bien al aprovechar los recursos que se encuentran al alcance para ser transformados. Esto nos recuerda al acto natural de recibir lo que la tierra da y las tradiciones atesoran.