Las dinámicas de los habitantes de las ciudades se conforman de acuerdo a su cotidianidad, lo que incluye las labores que desempeña, sus horarios para cada actividad y el medio de transporte que usa. Adicionalmente, la condición física y mental sostiene la interacción entre las personas y las calles. Se trata de una experiencia completamente subjetiva de acuerdo a la edad, estatura, o alguna condición física que implique la ausencia de alguno de los sentidos o parte física.
Las personas caminan, cruzan los semáforos cuando sus ojos ven que la luz lo indica, mientras simultáneamente van escuchando una lista de reproducción musical en el celular. Conocen las texturas porque las ven, saben hacia donde corre el viento a través de la mirada. Saben que sienten la ciudad sin profundizar la información recibida por medio de cada sentido.