En una alegre coincidencia, Chile celebra sus Fiestas Patrias oficialmente el 18 y 19 de septiembre (incluso el 20, hasta 1914), coincidiendo con el arribo de la primavera: los cielos se despejan, el sol comienza a curtir la piel y salimos de nuestra hibernación después de los fríos y lluviosos meses del invierno en la zona central del país. Para estas fechas, se estila asistir en familia y con amigos a las fondas y ramadas, centros de entretención levantados para la ocasión y en donde se come bien, se bebe mejor y se baila alegremente, todo en honor a la efeméride, pero no siempre representaron el espíritu dieciochero y en los primeros años de la Independencia fueron fuertemente resistidas por las élites.
Surgidas en el siglo XVI, fonda, ramada y chingana no siempre significaron lo mismo y el ilustre jurista Andrés Bello llegó a decir que eran "lugares destinados a la desenvoltura de las maneras soeces de la plebe". Entonces, ¿cuáles fueron sus diferencias?, ¿es cierto que en la fonda se podía dormir?, ¿es verdad que en 1872 el intendente de Santiago organizó una gran Fonda popular?, ¿se podían instalar ramadas para Navidad?, ¿por qué las chinganas eran resguardadas por un batallón militar?