La iglesia de Santa Lucrecia, ubicada en el Barrio Huemul en Santiago de Chile, fue diseñada durante las primeras décadas del siglo XX por el reconocido arquitecto chileno Ricardo Larraín Bravo.
Caracterizada por un uso notable del hormigón armado y por incorporar una serie de elementos decorativos como cornisas, ménsulas y plafones, la iglesia fue restaurada por un equipo multidisciplinar a cargo del arquitecto Carlos Maillet Aránguiz, desarrollando un proceso de restauración estructural -para reparar las grietas provocadas por el terremoto de 2010- y patrimonial, parar poner en valor sus detalles y rescatar el carácter original de la obra.