Hay muchas formas de conocer una ciudad. Hay quien, al comentar sobre determinada ciudad que visitó, recordó la cocina y los restaurantes que visitó, otros guardarán en la memoria las canciones y las fiestas, otros recordarán ferias o eventos específicos.
Tú, que lees este texto, probablemente notarás con mayor atención la arquitectura.
Cada uno de esas formas de conocer una ciudad guarda particularidades y riquezas. Sin embargo, ninguno de ellos por sí mismo da cuenta de recrear una paisaje mental fiel de la ciudad real. No hay problema en eso, porque al final, una misma ciudad puede ser muy diferente para dos personas que vivan en la misma urbe o que estén de paso.