La arquitectura campesina del Bahareque fue una de las primeras tecnologías constructivas sismo resistentes en Colombia. A finales del siglo XIX en muchas regiones del país sudamericano se utilizaba este método constructivo, destacándose por su sismoresistencia, rapidez y bajos costos. Todo esto antes que el ladrillo y los morteros de arena y cemento llegaran a ciudades como Medellín y Bogotá, expandiéndose al resto del país.
Esta manera de construir surgió luego de que se analizara su funcionamiento como método para implementarse en diferentes regiones, donde se localizan zonas de alto movimiento sísmico. Su implementación es un gran aporte al uso de materiales del contexto, convirtiéndola en una de las técnicas locales de Colombia en la cual se encuentra parte de la arquitectura colonial, de la que hoy se conoce en centros históricos y pueblos con gran riqueza patrimonial.