A medida que reflexionamos sobre los tumultuosos eventos de 2023, se hace evidente que los desafíos planteados por los cambios en las condiciones ambientales han dejado una marca indeleble en las comunidades de todo el mundo. En respuesta, arquitectos y urbanistas se han propuesto buscar formas en las que sus acciones puedan ayudar a crear entornos más seguros para las comunidades de todo el mundo, respondiendo tanto con arquitecturas de emergencia de rápida implementación, como con estrategias a largo plazo para construir resiliencia y mitigar riesgos.
Más allá de simplemente responder a eventos como los devastadores terremotos en Turquía, Siria y Marruecos, o las inundaciones generalizadas en Libia o Pakistán, los profesionales están intentando adoptar enfoques proactivos, desarrollando estrategias que van desde la modelización predictiva hasta la aplicación de técnicas de renaturalización o la investigación continua sobre la física de estructuras más seguras y resistentes.