El Islam, aparte de describir una creencia religiosa, es una palabra que identifica un tipo único de arquitectura que se remonta a miles de años. Ha sido formado por una civilización que transformó las cualidades de esta creencia en material visible y tangible, construyendo estructuras con un enfoque sorprendente en los detalles y experiencias dentro de espacios cerrados.
La arquitectura islámica es una arquitectura que no cambia de forma fácilmente. De hecho, sus principios han sido más o menos los mismos desde hace miles de años, con cambios menores basados en adaptaciones funcionales. Hasta el día de hoy, cientos de edificios aún se mantienen como una representación de la historia de la arquitectura islámica y todavía se usan como lo han sido en el pasado.
La guerra, sin embargo, no tiene religión ni nostalgia cultural, e incluso los sitios más sagrados e históricamente significativos están amenazados por la destrucción completa. La Gran Mezquita Omeya en Alepo, originalmente construida por la primera dinastía islámica imperial y actualmente ubicada dentro de un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO, se mantuvo como un campo de batalla durante la reciente Guerra de Siria, pero esta vez, perdió su elemento más significativo y resistente, un Minarete de Seljuk del siglo XI.