Alberto Cruz, uno de los arquitectos chilenos refundadores de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y fundador de Amereida y la posterior Ciudad Abierta, dejó más de 2.200 cuadernos y carpetas, 200 dibujos en distintas técnicas, formatos y soportes y alrededor de mil documentos cuando falleció en 2013.
Cinco años antes, su nieta, la historiadora Sara Browne, comenzó a trabajar con Cruz catalogando su producción íntima. Hoy toda ese archivo forma parte de la Fundación Alberto Cruz Covarrubias, un espacio para honrar la memoria del Premio Nacional de Arquitectura 1975.
En esta conversación vía email con Browne, la historiadora repasa los desafíos de conservación y digitalización del histórico archivo, al mismo tiempo que reflexiona sobre el legado de Cruz Covarrubias