La idea del arquitecto chileno Cristián Boza, director de la escuela de arquitectura de la Universidad San Sebastián, consiste principalmente en darle una nueva cara a esta arteria de Santiago. Tomando en valor su extensión y jerarquía en el centro de la ciudad, propone la construcción de una cubierta verde y cuatro nuevas torres de comercio y servicios, que además servirían como plataforma de conexión entre oriente y poniente.
Esta reconversión fomentaría el desarrollo del barrio, contribuiría a la disminución de las 4 toneladas de CO2 que produce la autopista, además de los altos decibeles de los más de 100 mil vehículo que a diario la recorren. Mejorando tanto la calidad de vida de los habitantes del sector como de la ciudad en general. El arquitecto propone un tramo desde Mapocho hasta la Alameda como primera etapa, la que podría extenderse hasta el parque O’Higgins.