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Arquitectos: Saboia+Ruiz Arquitetos
- Área: 370 m²
- Año: 2021
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Fotografías:João Vitor Sarturi
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Proveedores: Alucon, Alucon Esquadrias (Linha Infinite S32), Carlos Alberto de Paula, Coifatec, Hidroforma, Nogueira Iluminação, Pau e água, Portobello, Scrock pisos
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una pareja de mediana edad con dos hijos jóvenes nos pidió que hiciéramos un proyecto. Querían vivir en una casa abierta y al mismo tiempo sentirse protegidos. Querían que los espacios estuvieran integrados, sin ser demasiado grandes. Deseaban tener un patio lleno de plantas, un huerto y un jardín, y poder pasar las noches mirando las estrellas y las luces de la ciudad.
El terreno era estrecho y profundo (15m x 45m) con una pendiente de aproximadamente 9m entre la calle y el límite posterior, con vistas privilegiadas de toda la ciudad, incluida la Serra do Mar. No por casualidad, el barrio donde se encuentra la casa se llama "Vista Alegre".
El norte se encuentra en la parte trasera de la parcela y las mejores vistas son hacia el sur. La estrategia, entonces, fue pensar en una solución capaz de resolver adecuadamente la insolación dentro de todos los ambientes de la casa y aprovechar las vistas potenciales que ofrecía el terreno.
En el centro de la casa se abrió un patio vinculado a la cara este, que permite que el sol invada, desde el amanecer, todos sus ambientes. Este cerramiento, transversal al jardín lateral, rompe la linealidad del terreno. Es un lugar protegido y soleado que, al mismo tiempo, permite una visión en serie entre los espacios habitables de la casa: conectando visualmente las habitaciones entre sí, los jardines y las vistas al barrio. La casa ocupa un sitio elevado lo que nos permitió crear en una serie de generosas aberturas que enmarcan diversos momentos del paisaje circundante.
Protegida por un gran voladizo frontal, la planta baja alberga el garaje y dos opciones de acceso a la casa. Una entrada interior, más protegida, vinculada al vestíbulo de acceso y a la escalera interior y el ascensor, y otra exterior, que invita al visitante o residente a ascender gradualmente, explorando las vistas del barrio y los jardines, antes de entrar realmente en la casa.
En la primera planta, separados por el patio central, se encuentran el salón, el comedor y la sala de estar con chimenea. En el lado oeste se encuentra el sector de servicios y la circulación vertical, organizada como una barra funcional que se extiende hasta el patio trasero. Este volumen, de sur a norte, se extiende hasta el nivel más alto del terreno, creando un lecho de jardín elevado.
En la segunda planta se encuentra la biblioteca/oficina, el dormitorio principal y dos dormitorios más para los hijos. Esta planta está conectada con el nivel inferior por la doble altura del salón/sala de estar. Vinculado a la oficina está el acceso a la terraza superior que permite una vista de 360º del paisaje circundante.
Constructivamente, la casa se diseñó para optimizar el uso de la luz solar y el calor. Las paredes son dobles: con mampostería de bloques de hormigón en el exterior y, en el interior, una capa de 7 cm de lana de roca y paneles de yeso. De este modo, una gran parte del calor obtenido durante el día se conserva en el interior. Toda el agua recogida del tejado se almacena en un depósito para su reutilización.
Estructuralmente, para superar la luz de la losa en voladizo, se adoptó una solución de losa reticulada bidireccional, con rellenos de EPS y una capa inferior de hormigón visto. Todos los tejados de la casa no tienen la presencia visual de vigas, por lo que las losas se alinearon con la parte inferior de estas.
En cierto modo, y no sin gran esfuerzo, este proyecto pretendía cumplir la insuperable tríada vitruviana: funcionalidad (organización de los ambientes y confort), estructura (con el uso de técnicas constructivas contemporáneas) y belleza, entendida esta última como aproximación (a través de aberturas, recortes, visuales y recorridos) de los habitantes de la casa con el entorno, tanto el construido como el natural.