Batlleiroig es un estudio de arquitectura con sede en la ciudad de Barcelona, cuyo amplio portafolio engloba proyectos urbanos, arquitectónicos, de paisajismo y de interior. Conversamos con Joan Batlle Blay, arquitecto paisajista y socio de la firma, sobre las innovaciones y desafíos de su trabajo. Según él, "en nuestra oficina pensamos que la I+D (investigación y desarrollo) es la principal herramienta para innovar y hacer evolucionar nuestro método de trabajo hasta convertirlo en una creencia absoluta para el planeta". Lee la entrevista completa a continuación.
Eduardo Souza (ArchDaily): La variedad de escalas y sistemas constructivos presentes en sus proyectos es algo notable dentro de su trabajo. ¿Qué define los materiales y métodos utilizados en cada uno de ellos?
Joan Batlle Blay (Batlleiroig): Cada proyecto tiene sus propios desafíos y su propio contexto, es difícil dar una respuesta generalizada. Nuestra forma de trabajar sigue una metodología de análisis del territorio donde se ubica el proyecto y del programa que se solicita, por lo tanto, cada proyecto es único y creemos que debe ser así.
Durante el análisis hacemos una lectura de los ecosistemas cercanos, el paisaje natural o antropizado y la cultura humana que define el lugar. Así, llegamos a detectar paletas de materiales, colores y/o texturas, pero sobre todo, entendemos a quién debemos respetar: la naturaleza. Además, los clientes esperan ese trabajo de nosotros; quieren que entendamos el territorio y respondamos a los problemas que surgen.
Trabajamos para que nuestros proyectos sean un equilibrio entre lo que pide el lugar y el cliente, sin sobreponerlos, y así nos sentimos cómodos.
ES: ¿Cómo funciona su enfoque de diseño de espacios públicos a gran escala? ¿Cuál es la importancia del trabajo multidisciplinar en este sentido?
JBB: El análisis del terreno es importante, sea cual sea la escala del proyecto. El territorio nunca es una página en blanco. Si se analiza, proporcionará respuestas a las preguntas planteadas. A veces la respuesta o solución a un proyecto, por complicado que parezca, está en la naturaleza o en la agricultura.
Un ejemplo es la rehabilitación paisajística del Vertedero de Residuos Controlados del Garraf, en el Parque Natural del Garraf, diseñado por Batlleiroig. El proyecto de restauración no quería imitar la naturaleza preexistente, además, era imposible hacerlo con más de 100 metros de escombros por debajo. El objetivo era crear campos agrícolas con leguminosas (comúnmente conocidas como legumbres, guisantes o de la familia de los frijoles) que proporcionaban hidrógeno, y con vacas y ovejas que ayudaran a crear vida en un suelo que estaba muerto. Estos campos tienen sus terrazas, pendientes, canales de agua y sus estanques de retención para el riego. Así, fue posible devolver la vida a un lugar lleno de plástico y metano, para que finalmente pasara a formar parte del Parque Natural como si se tratara de una antigua zona agrícola.
En proyectos más urbanos, donde la naturaleza ha desaparecido, el objetivo puede ser recuperar esa naturaleza y darle un protagonismo que nos ayude a crear un espacio saludable y confortable. Un ejemplo es la Cobertura de la Ronda de Dalt en Barcelona.
En nuestro estudio nos gusta decir que somos transversales y que tenemos conocimientos en una amplia variedad de campos, pero también es cierto que somos especialistas en diversas disciplinas. Creemos que hoy los arquitectos o paisajistas deben ser especialistas, pero sin perder la transversalidad que nos definía a principios del siglo XX. Batlleiroig construye y basa su éxito en la retención del talento y la formación continua. Somos arquitectos, paisajistas, urbanistas, ingenieros de la edificación, agrónomos, ambientalistas y entre toda esta formación, cada uno tiene sus propias motivaciones y especialidades. Eso nos hace quienes somos.
ES: ¿Qué inquietudes tienen en relación al origen de los materiales, sus impactos, el manejo de residuos en la obra, y otros temas similares? En su opinión, ¿qué debería mejorar la industria de la construcción?
JBB: La construcción es una de las fuentes más importantes de emisiones de CO2 a la atmósfera y la elección de los materiales juega un papel muy importante. Durante el proceso de análisis del sitio, siempre buscamos materiales locales o existentes en el entorno para trabajar. Al final, hemos llegado a la conclusión de que la mejor herramienta es la naturaleza, la vegetación, y ella es siempre nuestra principal aliada.
Todos los diseñadores deben intentar reducir los materiales que implican altas emisiones de CO2 en su extracción o transporte. En nuestros proyectos tratamos de elegir materiales con pocos procesos de fabricación y, sobre todo, intentamos utilizar la mínima cantidad de material. Para lograrlo, estamos constantemente innovando para que cada proyecto pueda dar respuesta a sus problemas sin imponer una carga al planeta.
ES: En el caso del proyecto Recuperació de les Antigues Guixeres d'Igualada, destacan sus suelos retroiluminado. ¿Puedes contarnos sobre esta solución y otras innovaciones desarrolladas por la oficina?
JBB: La composición del concreto del Camino Escénico a lo largo del antiguo proyecto de minas de yeso de Igualada incluye agregado luminiscente. Este material recolecta energía solar durante el día y la devuelve durante la noche como energía luminiscente. No es luz, pero crea un sutil efecto luminoso que puede orientar el camino durante las primeras horas de la noche, aumentando su tiempo de uso.
Todo nuevo proyecto debe heredar los conocimientos adquiridos en los anteriores, resolverlo de la forma más eficiente y aceptar nuevos retos; llegando más lejos. Cada desafío que llega a Batlleiroig se aborda desde la misma perspectiva: dar una solución honesta a las necesidades de nuestros clientes. Sin embargo, esta solución también debe ser ambiciosa en cuanto a eficiencia, excelencia en la construcción e innovación tecnológica. Cada solución para cada desafío que enfrentamos es única y debe superar la anterior. El departamento de I+D de Batlleiroig está dentro de cada uno de nosotros y la innovación forma parte del ADN de la oficina desde el primer día.
Otro ejemplo es la Senda del Bosque en el Cementerio Metropolitano de Roques Blanques (El Papiol). Aprendiendo de los castores que construyen sus refugios con troncos de árboles, ramas y tierra –como pequeñas presas a lo largo de los márgenes de los ríos–, la pared Krainer está formada por una malla de troncos de árboles y bio-rollos de coco. Es un sistema de retención ecológico que puede ser un espacio adecuado para el entierro de cenizas. Este conjunto biodegradable tiene una vida útil esperada de 30 años (una generación) hasta que vuelva al estado del bosque original, para ser utilizado como espacio de luto y visita por familiares que recuerden a sus fallecidos.
ES: ¿Cuál es su punto de vista sobre la crisis climática? ¿Qué tipo de arquitectura debemos pensar en el futuro para alcanzar una sostenibilidad real, más allá del discurso?
JBB: El cambio climático ya era nuestra principal preocupación antes de que el virus entrara en escena, y debería seguir así.
La emergencia climática debe combatirse con esperanza, convicción y con la certeza de que estamos luchando por nuestro planeta. Esta esperanza tiene que estar presente en nuestro día a día, con las decisiones que tomamos. Debe ayudarnos a decidir y explicar nuestras acciones. Sin embargo, sin entusiasmo es fácil caer en el "status quo" y no hacer nada. Innovar es la clave para avanzar y evolucionar mejorando el planeta mientras crece tanto económica como socialmente.
Creemos que no hay ningún tipo de arquitectura para el futuro, pensamos que tenemos que aportar soluciones que respeten el planeta caso por caso. Debemos respetar y entender lo que se necesita en cada lugar y dar una respuesta adecuada pensando en la emergencia climática.
Cuidar, mejorar o crear ecosistemas naturales es responsabilidad de todos y cualquiera puede influir en ellos. La voluntad de innovar debe estar dentro de todos. Debemos perder el miedo para intentar hacer cosas nuevas. Debemos sentir la adrenalina en nuestro cuerpo cuando nos propongamos nuevas acciones para mejorar el planeta. Es nuestra obligación salir de nuestra zona de confort para evolucionar. Debemos soñar para innovar. El futuro nos exige innovar, investigar y desarrollar si queremos crecer como empresa, tanto social como económicamente. El planeta nos necesita, nosotros necesitamos al planeta. Debemos adaptarnos al cambio, debemos entender la emergencia climática, pero sobre todo debemos mantener la esperanza de innovar, en definitiva, cambiarlo todo.
Revisa todos los proyectos publicados de Batlleiroig aquí.