Cada vez que publicamos un artículo sobre Hempcrete u Hormigón de Cáñamo, recibimos muchos comentarios en las redes sociales, con cierto nivel de ironía, sobre ¿qué pasaría si el material se incendiara? De hecho, esta es una pregunta legítima, ya que todavía existe mucha confusión sobre las diferencias entre la marihuana y el cáñamo, ambos provenientes de la misma especie de planta (Cannabis Sativa). Pero mientras la marihuana tiene efectos psicoactivos debido al tetrahidrocannabinol (THC), presente principalmente en las flores de la planta, los materiales de construcción a base de cáñamo se producen a partir de su tallo, que contiene pequeñas dosis de THC. Respondiendo rápidamente a la pregunta del título: no, el edificio no se destruirá en caso de incendio. De hecho, algunas pruebas han demostrado que estos materiales tienen un excelente comportamiento frente al fuego, disipan las llamas, mantienen la integridad estructural y no emiten humo tóxico.
El uso del cáñamo en la construcción civil es una práctica bastante antigua y varios estudios han demostrado lo buena que puede ser esta planta para el futuro de la industria. Es un material con carbono negativo, es decir, absorbe más carbono del que emite en su producción y, al final de su vida útil, puede ser devuelto al medio ambiente degradándose de forma natural. En hormigoneras se mezclan cáñamo, piedra caliza en polvo y agua para obtener una pasta espesa, que mediante reacciones químicas se petrifica y se convierte en un bloque ligero, pero muy resistente. Para la construcción de muros, la mezcla puede disponerse como bloques no estructurales, rociarse o verterse en formas lineales, de la misma manera que los muros de barro. El Hempcrete tiene excelentes propiedades termoacústicas, ayuda a regular la temperatura y la humedad en interiores y es resistente al moho.
A diferencia de lo que podría imaginar, los materiales a base de cáñamo funcionan muy bien cuando se exponen al fuego. Para poder medir las características de cada material se realizan ensayos siguiendo reglas específicas. En los Estados Unidos, por ejemplo, los resultados de la prueba ASTM E 84-19B para el hormigón de cáñamo mostraron un desempeño impresionante, alcanzando una puntuación máxima en las calificaciones de "propagación de llama" y "producción de humo".
En Australia, se ha documentado una prueba de fuego para simular el contacto con brasas durante incendios forestales, donde existe la posibilidad de que se acumule combustible en la base de las paredes. Esta es una situación especialmente preocupante en Australia, ya que habitualmente ocurren grandes incendios forestales. No se observaron daños en las paredes de hormigón de cáñamo de 200 mm de espesor, las cuales fueron expuestas a una llama de 600 mm de altura, ardiendo directamente contra la pared durante un período de 60 minutos.
Se verificaron resultados similares en esta colección de experimentos con hormigón de cáñamo, donde se observa que el hormigón de cáñamo forma una barrera entre la estructura del edificio y el fuego. Como material no inflamable, el hormigón de cáñamo no permite que las llamas se disipen. Según el autor del estudio, "los datos actualmente disponibles sugieren que el hormigón de cáñamo es adecuado para aplicaciones donde se requiere una resistencia al fuego de 60 minutos, y que esto se puede aumentar fácilmente a 90 o 120 minutos de resistencia al fuego con cambios en la especificación".
Cuando se trata de fuerzas de la naturaleza como el fuego, todas las precauciones necesarias son importantes para preservar vidas y recursos. Es por eso que tantos investigadores se están enfocando en el tema, investigando el comportamiento de cada material en un incendio. En resumen, los materiales a base de cáñamo brindan una resistencia al fuego adecuada para que los residentes puedan evacuar a tiempo, reduciendo la propagación del fuego y el riesgo de inhalación de humo a medida que arde localmente. En otras palabras, quemar una pared de hempcrete será muy difícil y no tendrá ningún efecto psicoactivo. Dejando de lado las bromas, el cáñamo sigue siendo un material extremadamente estigmatizado en muchos países pero debe abordarse con seriedad. Sus numerosas aplicaciones para diversas industrias conllevan un enorme potencial para reemplazar otros materiales contaminantes que son nocivos para el medio ambiente y pueden convertirse en protagonistas de un cambio en la industria de la construcción civil.
