A través de las formas, los colores y, principalmente, los elementos de la fachada, muchos arquitectos han buscado agregar una sensación de movimiento a sus obras, a pesar de ser esencialmente estáticas. Santiago Calatrava, Jean Nouvel y Frank Gehry son algunos de los maestros que logran dotar de dinamismo a estructuras inamovibles, destacando en medio de su contexto a través de artificios formales traídos desde las artes plásticas. Pero también hay ocasiones en que por motivos estéticos o funcionales los arquitectos optan por estructuras móviles que pueden aportan enormes beneficios a la obra construida.
Elementos dinámicos proporcionan cambios en los espacios mediante el movimiento de piezas o incluso de la propia estructura. Generalmente, cuando hablamos de arquitecturas cinéticas, se nos vienen a la mente los protectores solares. En el Institut du Monde Arabe, de 1987, Jean Nouvel instaló 240 paneles fotosensibles en su fachada sur, regulando la cantidad de luz que ingresa al edificio, a través de sensores y 27.000 diafragmas similares a cámaras. La estructura, al mismo tiempo analógica y altamente tecnológica, también remite a motivos árabes y muxarabis, formando un llamativo efecto de sombreado.
Pero además de las fachadas dinámicas, existen ejemplos que llevan la arquitectura cinética a otros niveles. En grandes estadios deportivos o arenas para eventos, el uso de cubiertas retráctiles es bastante común. Por ejemplo, el techo del Mercedes Benz Stadium de Atlanta, diseñado por 360 Architecture (ahora parte de HOK), se destaca por tener ocho "pétalos" recubiertos con ETFE (etileno tetrafluoroetileno) que se deslizan para unirse en un punto central, también inspirándose en el mecanismo de apertura del lente de una cámara fotográfica.
En Nueva York, la oficina local Diller Scofidio + Renfro, desarrolló el proyecto de The Shed Art Center, junto al High Line Park, en la base de un edificio también diseñado por ellos. McCourt es un espacio icónico para actuaciones, instalaciones y eventos a gran escala, y se forma cuando la cubierta exterior se desliza a lo largo de una serie de rieles hasta la plaza adyacente. El techo móvil de 37 metros está realizado con una estructura de acero a la vista, y el mismo ETFE que el proyecto anterior.
Reduciendo drásticamente la escala, en el proyecto Yas Ger, Movable Mongolian Yurt de Ger Atelier, el espacio circular de la yurta tradicional de Mongolia se divide en dos porciones semicirculares. Entre ellos, cuando sea necesario, es posible ampliar la cabaña en un rectángulo, a través de una enorme puerta pantográfica, utilizando una estructura metálica y tela flexible. Según los arquitectos, "en términos de movilidad se utilizan materiales ligeros y se aplican elementos mecánicos como motores y ruedas, con el fin de reducir la carga móvil y mejorar la precisión y comodidad de la operación. En detalle, el método de perforación y multi puertas en un espacio semicircular aumenta la flexibilidad y el ritmo de la yurta".
En Spy Glaas, la idea era construir una estructura que rindiera homenaje a la clásica cabaña de playa, un símbolo icónico de la costa británica. Construida sobre una plataforma giratoria empotrada, el diferencial de la estructura es permitir que la "ventana panorámica" de la casa gire como los binoculares tradicionales. En un ángulo de 180 grados, a través de un control remoto, los habitantes pueden mirar hacia el sol, el paisaje marino o las luces brillantes del muelle de Eastbourne, reaccionando a la vida diaria que los rodea.
Con un concepto similar, The Observatory, desarrollado por Feilden Clegg Bradley Studios, crea dos estructuras de madera giratorias: un taller de arte privado y resistente a la intemperie, y un espacio para que el artista presente su trabajo y conozca al público. El artista o el público pueden rotar los edificios, que al igual que los telescopios, pueden enfrentar nuevos puntos de interés: un guiño a las estructuras de vigilancia costera que se encuentran habitualmente a lo largo de la costa británica.
En el proyecto Caja Obscura, de Javier Corvalán y Laboratorio de Arquitectura, la casa consta de dos partes diferenciadas. Abajo, una estructura de cimentación habitable construida de piedra y tierra, y sobre ella, una caja metálica, ligera, casi completamente cerrada. Es esta caja superior la que pivota íntegramente sobre la losa, con un eje ligeramente desplazado desde su punto medio, permitiendo que el volumen gire hasta 25 grados y formando una apertura total, sin ningún tipo de impedimento hacia las vistas y el viento.
A su vez, Caspar Schols es un arquitecto que ha estado trabajando de manera constante en este tipo de tipología de casas pequeñas y dinámicas. Son estructuras de volumetría simple, de dos aguas, con grandes rieles que permiten que las partes discurran entre sí, posibilitando una diversidad de configuraciones, desde invernaderos cubiertos, patios internos hasta el volumen simple de una casa de madera. Dos de sus proyectos publicados en la web, Cabin ANNA y Garden House, muestran las diferentes opciones de transformación de las viviendas.
A menor escala, el mismo movimiento de las piezas es lo que puede permitir el uso de la estructura. En la Cápsula de Cuentos, de Atelier Kastelic Buffey, durante el día, la invitación se hace más evidente cuando dos de las paredes de la fachada principal se abren como la tapa de un libro, dando la bienvenida a las personas al interior. Por la noche, cuando las puertas están cerradas, las luces LED –alimentadas por paneles solares– brillan a través de la estructura, como una linterna, proporcionando una iluminación agradable para la vida nocturna del lugar.
Pero este concepto también se puede aplicar en interiores. En la Oficina de Arte y Cultura de Seattle, por Schacht Aslani Architects, una cuadrícula de rieles superiores permite que los paneles se muevan siguiendo una multitud de diseños para los espacios de exhibición. En el proyecto SOHO 3Q Chengdu Office, de Superimpose Architecture, se ubican grandes cápsulas móviles para reuniones a lo largo de un gran riel ubicado en una parte abierta de la planta de oficinas. Estos pueden funcionar como pequeños espacios de trabajo, cuando están separados, o formar salas de reuniones cuando se agrupan.
Hacer que los edificios se integren de mejor manera a los elementos naturales, y permitirles un mayor grado de flexibilidad, combina con el estilo de vida y las expectativas arquitectónicas previstas para el futuro. Por supuesto, siempre que se incorpore un elemento móvil, esto conllevará un aumento de costo. Pero hay opciones en las que considerar la posibilidad de utilizar elementos cinéticos puede dar un gran valor a las edificaciones, aportando nuevas posibilidades de uso y mayor comodidad. Revisa más ejemplos de estructuras cinéticas en esta carpeta de My ArchDaily.