En tiempos recientes solemos ver al jardín como un espacio donde suele haber vegetación variada, con cierta belleza por su variedad de colores, tamaños, texturas y aromas, que puede encontrarse en algún espacio de nuestros hogares, o de menos algunas partes de la ciudad. Pero es poco común que nos planteemos ciertas preguntas y reflexiones acerca de este lugar que consideramos ordinario; ¿desde cuándo hacemos jardines? ¿tiene alguna influencia en nuestras vidas? ¿puede de algún modo reflejar aspectos de la sociedad en que vivimos? o ¿cómo son los jardines que necesitamos en la actualidad?; sólo por plantear algunas.
Gilles Clément nos plantea, a través de relatos de experiencias y pensamientos, acompañarlo a reflexionar sobre momentos muy específicos de la historia humana, que nos permitirán apreciar que realmente estos lugares vegetales pueden tener una profundidad que no esperaríamos. Aún cuando podamos pensar que un jardín es un lujo, uno que sólo ciertas personas se pueden permitir como si se tratara de un accesorio exclusivo para decorar nuestros hogares, en realidad es un espacio que, surgido al tiempo en que los humanos nos volvimos sedentarios, lo sentimos necesario por ser un espacio que nos permite conectar con nuestro espíritu. O visto de otro modo, nos permite acércanos al paraíso.
Parte de la falla que tenemos al crearlos es su idealización al punto que adentrarse en ellos no es que no sea deseable, no es permitido, porque esa decoración podría correr el riesgo de alterarse y quizá perder algo de su belleza. Volviéndose así en homenajes al excesivo raciocinio humano sin permitir que la naturaleza se exprese con libertad. Cosa que se refleja con la perdida de conocimientos que se obtuvieron por cientos de años de observación, y que nos permitían mantener una relación más cercana con el medio ambiente lo que a su vez nos daba beneficios al estar en sintonía con los tiempos naturales. Conocimientos como el comportamiento de los astros y su función como calendario para las siembras, la capacidad de ciertas plantas de comunicarse y protegerse entre ellas, o simplemente identificar frutos comestibles de otros peligros, son cosas que preferimos seguir ignorando.
Al contrario de la arquitectura, el jardín no es un ente estático e idéntico a través del tiempo. Un jardín también puede ser patrimonio por generaciones, pero su virtud está en que tiene vida, sus formas están en cambio constante. El jardinero se encarga de interpretar y dialogar de modo que la esencia de ese espacio sea la misma, no sólo para contemplarse a la distancia sino para vivirse desde dentro. Una breve historia del jardín es un libro que te encantará tengas o no experiencia con la jardinería, las reflexiones que toca sobre nuestra relación con la naturaleza, la sociedad o con nosotros como individuos, seguro te pondrán a reflexionar, y sin duda te hará ver estos espacios verdes de una manera diferente.
ISBN
9788425232527Título
"Una breve historia del jardín" por Gilles ClémentAutor
Gilles ClémentEditorial
Gustavo GiliAño de la publicación
2019Encuadernación
Tapa blandaIdioma
Español