Letreros por toda la ciudad, en los trenes y el metro. Las palabras "Souto Moura" no necesitan más explicaciones en una ciudad con dos arquitectos de renombre mundial. Es la noche de apertura de su Exposición "Souto de Moura: Memoria, Proyectos, Obras", en Casa da Arquitectura, 18 de octubre de 2019, y hay dos grandes exponentes de la llamada Escuela de Oporto, uno al lado del otro. Álvaro Siza, junto con otros invitados de honor, recorre las cuarenta exposiciones, escuchando las explicaciones sintéticas, humildes y casi simplistas de Eduardo Souto de Moura de cada una de ellas. Son los dos premios Pritzker portugueses, que también viven y trabajan en los mismos edificios, y que ya han trabajado juntos en algunos proyectos. Eduardo no esconde el orgullo de la presencia de Siza en su exposición individual, y tampoco omite la influencia de este maestro durante toda su carrera. Pero la arquitectura de Souto de Moura es única, tiene vida propia. Y todos lo saben.
Este es un momento importante para la arquitectura portuguesa: la Exposición de Álvaro Siza en el Museo Serralves se suma a la exhibición de la carrera de Souto de Moura, que expone una selección de proyectos de su gran colección, todos donados a Casa da Arquitectura el año pasado. Sin embargo, no es una novedad que la arquitectura portuguesa esté a la vanguardia de las prácticas arquitectónicas. Cuando le preguntamos sobre esto, Eduardo se encoge de hombros y dice: “La principal contribución de la arquitectura portuguesa al mundo es ser arquitectura, sin ninguna especificidad. Existe un dicho en español que dice: 'Yo no creo en brujas, pero de que las hay, las hay'. Digo, no sé qué es la arquitectura portuguesa, o la escuela de Oporto; no lo sé y ni siquiera me importa. Pero la gente está interesada y pregunta todos los días, así que hay algo pasando, es una constatación".
La exposición y su catálogo respectivo tienen un propósito eminentemente documental, abriendo este importante archivo al público, y poniéndolo a disposición para diversos análisis, interpretaciones y especulaciones. Esta es la primera lectura extraída de la gran colección que el arquitecto depositó en la institución. El material de la exposición es completamente original y en gran parte expuesto o publicado por primera vez. Los dibujos, maquetas, notas personales, material fotográfico y otros documentos se presentan estrictamente tal como aparecen en el archivo, sin manipulación ni omisión. "Como el privilegio de las mejores creaciones, el trabajo de Souto de Moura crece con el tiempo y continuamente descubre nuevas pistas para la comprensión de las relaciones entre las mismas obras. Pero también se convierten en relaciones claras que estas obras establecen con las de otros autores u obras anónimas, cercanas o de otras geografías, recientes o de otros tiempos. Pero todo es material contemporáneo y disponible", comenta Nuno Graça Moura, colaborador del arquitecto y uno de los curadores de la exposición.
Con su genio y humildad característicos, Souto de Moura ofrece una descripción precisa de la trayectoria de la arquitectura portuguesa, incluyendo y comprendiendo su papel en ella:
"La arquitectura portuguesa fue una arquitectura importada de Europa, que llegó años más tarde a Portugal. Teotónio Pereira en Lisboa, pero sobre todo por Fernando Távora, en Oporto, quién pertenecía a los movimientos del Team X, construyeron junto a otros una primera arquitectura contemporánea. Fernando Távora, junto a su grupo, marcó el ritmo en esta producción. Esto hace que Siza tenga un aprendizaje, una práctica en la escuela, contemporánea de lo que estaba sucediendo en el extranjero, y tiene un primer acercamiento a Alvar Aalto y, a partir de ahí, una segunda aproximación a Lúcio Costa. Y a partir de ahí, construye su propio vocabulario, su propia gramática y se convierte en una figura universal. Por lo tanto, creo que hay dos momentos: Távora, que hace que la arquitectura portuguesa sea contemporánea con la arquitectura europea y brasileña. Y luego Siza, que lo difunde y se convierte en un arquitecto universal. La clave de la arquitectura portuguesa es Siza. Abrió las puertas a nuevas personas, a aquellos que trabajaban en su oficina, como yo. Tanto es así que cuando le mostré a Siza el Mercado Braga, él se estaba yendo, atrasado, a Milán y me dijo: 'Se lo mostraré a Vittorio Gregotti para publicarlo en Casabella'. Estas cosas no caen del cielo".
Cada vez que aborda un proyecto, Eduardo hace ver que la solución construida es la única salida posible y nos deja con la misma sensación. Estamos convencidos de que cada ángulo, plano, material y detalle es como debería ser. Nuno Graça Moura destaca esta característica: "Intentamos mostrar no sólo las obras construidas en su estado final. Las obras de Souto de Moura tienen una fuerza muy especial cuando se construyen. Muchas veces parece que sólo pueden ser así, lo que por supuesto no es cierto. En esta exposición tratamos de mostrar las diversas fases por las que pasaron, sus continuidades, dudas y contradicciones".
Una enorme mesa ocupa el espacio principal de la exposición. Sobre ella, innumerables bocetos, plantas, cortes y modelos. Una gran imagen por proyecto. Pocos textos. Al igual que su arquitectura, esta parece ser la única forma de exponerla. Obviamente, crear lo simple siempre es lo más complicado, y el proceso puede ser (y habitualmente es) agotador. "Mi práctica inicial fue con Siza, y el enfoque fue dibujar bocetos, experimentar. El diseño es fundamental, para observar el sitio, el lugar. Es como una historia, una especie de camino que tenemos que cruzar. Comenzamos los proyectos con croquis, que luego son geometrizados y acompañados por modelos en 3 dimensiones. Cuando tengo dudas, prefiero la representación tridimensional a través de maquetas. El 3D (en computadora) es encantador, manipulable y, por lo tanto, peligroso. Luego reunimos información para cambiar la forma. Es un proceso de alternancia hasta que se estabiliza y lo damos por sentado".
Lo más notable de la exposición es que, a pesar de destacar varios proyectos terminados, se centra principalmente en el proceso de diseño de Souto de Moura. Y eso es algo que realmente interesa. En sus mismas explicaciones informales de diseño, no es raro que aparezca algo erróneo, algo que podría haberse pensado o construido mejor. Por supuesto, cosas que solo son visibles para él. Al igual que en los paneles de cerámica característicos de las ciudades portuguesas, donde siempre se gira una pieza, como una marca del constructor, Souto de Moura parece tratar de escapar de una perfección 'divina' en su trabajo. Prefiere que las cosas estén en proceso, vivas. "Todavía construyo en piedra, que es lo que más me gusta. Construyo mucho en concreto. Y ahora he construido mucho en ladrillo a la vista. Pero es el ladrillo hueco, que uso como cubierta, lo que le da un aspecto inacabado, el que más me interesa. También me gustan los dibujos sin terminar, las esculturas sin terminar y también las casas sin terminar. Una casa terminada es una ruina".
* Las citas son extraídas de las entrevistas realizadas a Eduardo Souto de Moura y Nuno Graça Moura.