Las estructuras que sostienen un edificio—aquellas normalmente escondidas tímidamente detrás de recubrimientos y elementos ornamentales—en ocasiones se exponen para enriquecer o convertirse en la arquitectura misma, dotando al edificio de un carácter contundente por virtud de sus cualidades aparentes y simbólicas.
Actualmente en sus últimas fases de construcción, Casa Avándaro, de CC Arquitectos, se ubica en las orillas del lago de Valle de Bravo en México, a 5 kilómetros del poblado. Inicialmente en el predio se encontraba una casa de dos niveles que, por su compacto esquema, segregaba completamente el amplio jardín.
"En el taller siempre ha existido la intención de ser pragmáticos, racionales y en la medida de lo posible tectónicos," explica Manuel Cervantes, socio fundador de CC Arquitectos. "Dentro de la idea de la tectónica como creadora de espacios es que hemos insistido en el diseño de nuestras estructuras, en el razonamiento del proceso constructivo como terminación final que permite no depender de acabados que recubren."
Según Cervantes, esta intención surgió de los proyectos de orden público en los cuales, por cuestiones de costo o manufactura, los arquitectos evitan proponer un acabado. Posteriormente, este razonamiento se incorporó al resto de sus proyectos, buscando que las estructuras actuaran como el ADN de los espacios.
Los marcos estructurales de Casa Avándaro crean en su repetición los espacios que la conforman, sugiriendo la posibilidad de un cuarto más, una sala más pequeña, un muro que segrega... El uso de madera de pino en lugar de acero alude al contexto de la montaña y a la textura del bosque.
"Cuando se diseña de esta forma hay poco margen de error, se debe ser preciso pero también se gana la imperfección del material, la pátina del tiempo en la materia y el deterioro de la mano de obra; se logra acercar al usuario al proceso constructivo, de cierta forma se crea una honestidad entre lo que uno proyecta y construye. No hay gestos que recubriendo escondan la estructura, de nuevo, la estructura lo es todo, es la cubierta y los muros, es el tono y el olor," cuenta Cervantes, concluyendo que "siempre ha existido la fascinacion de la cabaña, Heiddeger escribió mucho sobre el tema y en mi entender estas estructuras que hacemos en madera tienen mucho de ese imaginario, esa idea de la cabaña que conserva el olor de la madera, la textura e inclusive el sonido que provoca el viento en ella, es una bella aproximación a la montaña."
Espera nuestra publicación de la obra terminada próximamente.