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Arquitectos: Aleph Zero, Rosenbaum
- Área: 23344 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Leonardo Finotti
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Proveedores: Esquadrias, Estrutura em MLC, Paisagismo /
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La inmensidad de la sabana tropical brasileña, la infinidad del cielo y el conocimiento popular. Es la continua, vasta y delgada línea imaginaria en el fondo la que acoge el viaje y el conocimiento de los brasileños que viven en la región central del país. La arquitectura propuesta allí no puede ser distinta de tal conformación. Es la amplitud que nos toca, junto con la belleza de la gente que vive allí.
Sin embargo, ¿cómo será que la arquitectura marcada por los recuerdos, técnicas, estética y ritmos se vuelve relevante para esta ubicación? ¿Cómo tratar con este sitio en el que la cultura actual se moderniza y se abstiene de cualquier memoria para un sueño reproducido? ¿Cómo intervenir en un lugar marcado por el trabajo manual de la agricultura y la naturaleza indígena?
Con estas investigaciones, el proyecto avanza hacia la transformación, el rescate cultural, el fomento de las técnicas constructivas locales, la belleza indígena y sus conocimientos, junto con la construcción de la noción de pertenencia, necesaria para el desarrollo de los niños de la escuela Canuanã.
La nueva organización en pueblos se basa, en primer lugar, en la necesidad de agregar valores a todo el complejo existente, así como de potenciar la idea de pertenencia de los estudiantes a Canuanã. Desmistificar el estatus de la escuela como el único espacio de aprendizaje y transformarlo en un territorio con un valor hogareño.
Para ello, la nueva residencia se organiza principalmente en dos pueblos, una para estudiantes varones y otra para mujeres. Esta separación ya estaba presente en el esquema de la escuela y se mantuvo. En este nuevo momento, las casas ya no estarán conformadas por grandes espacios de dormitorio, sino por 45 unidades de 6 estudiantes en cada una. Con este acto de reducción del número de estudiantes por habitación, pretendemos mejorar la calidad de vida de los niños, su individualidad y, en consecuencia, su rendimiento académico.
Junto a los dormitorios se encuentran los diferentes espacios interactivos como la sala de TV, espacio de lectura, balcones, patios, hamacas, entre otros. Todos estos programas complementarios fueron diseñados junto con los estudiantes para mejorar la calidad de vida y afinar el vínculo entre los estudiantes y la escuela. De esta manera, además de albergar un mayor número de niños, los nuevos pueblos tienen como objetivo aumentar la autoestima de los niños a través del uso de técnicas locales, creando un puente entre las técnicas vernáculas y un nuevo modelo de vivienda sostenible.
En esta nueva instancia, la ubicación de las viviendas ya no reside en el corazón de la finca, como solía ser anteriormente, porque debe ser completada de programas directamente relacionados con el acto de aprendizaje. Las nuevas viviendas más amplias y espaciosas se ubican en puntos estratégicos que guían el nuevo crecimiento de la finca, organizan el territorio y permiten una mejor lectura espacial y funcional de la escuela.