Algunos diseños no construidos –las esperanzas reveladas y las razones por las que permanecieron sin construir– cuentan una historia poderosa. Esto pasa con la casa que Frank Lloyd Wright diseñó para Marilyn Monroe y Arthur Miller. O quizás, lo que pensamos que sabemos acerca de Marilyn, es lo que la hace tan conmovedora.
La unión entre un intelectual de vida tranquila y el símbolo sexual más grande del mundo era desconcertante para el público, y el conflicto entre sus aspiraciones y personalidades parece haber jugado en contra de sus planes para esta casa en Connecticut. Después de mudarse al refugio rural de Miller, Monroe le pidió a Wright que diseñara una nueva casa para ellos en este inmenso terreno.
Como Miller explicó en sus memorias: "Su impulso era real, era una especie de regalo para mí; un hogar único". Y el diseño propuesto por Wright estuvo a la altura de este gesto real, con una espectacular sala de estar circular de casi 20 metros de diámetro, cubierta con un techo abovedado y claraboyas y rodeada de imponentes columnas, conduciendo a una piscina construida en la ladera de una colina.
De hecho, los planos habían sido reutilizados de una casa originalmente diseñada para una rica pareja texana, y luego se ofreció a un funcionario mexicano para una casa en la bahía de Acapulco. Además de esta pieza central teatral, tal vez mejor adaptada a la deslumbrante vida del Suroeste, el diseño ofrecía múltiples recepciones y habitaciones, como se muestra en el modelo 3D de Archilogic. (Las habitaciones destinadas al espacio de la pareja estarían en el segundo piso, para las cuales no hay planos disponibles ¡un último refugio de privacidad para Marilyn!). Otras características destacadas del estilo Wright son el repetido motivo circular y el generoso uso de piedra de campo.
Pero aunque hubiera sido un lugar fantástico para las fiestas de Hollywood, esto no encajaba en absoluto con la idea de Miller de una vida pacífica en el campo, ni de su presupuesto. Mientras que Monroe y Wright eran iguales en su desprecio por los costos, él era mucho más frugal, y le disgustaba intensamente la idea de "alguna casa elaborada para impresionar al mundo". Gracias a sus memorias sabemos exactamente lo que Miller pensaba de ellos, pero ¿qué pasa con Monroe? ¿también encontró que el diseño era frívolo y extravagante, o ella anhelaba traer el glamour de estrella de cine a su nuevo papel como una ama de casa rural?
Es fácil imaginar que esta casa encapsula el conflicto de personalidad que separó a la pareja después de tan sólo cinco años de matrimonio. Monroe aprendió con horror que Miller la consideraba embarazosa; desde afuera ella parecía anhelar la aprobación respecto a su aspecto, pero también deseaba ser apreciada para algo más que sus miradas. Ansiaba encajar en el mundo intelectual de su marido ... pero al final, ella estaba tan fuera de lugar como esta pieza de Acapulco.
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El modelo de Archilogic para este artículo fue creado por Alainz Zanchetta.