Desde admiración hasta asco, la inauguración del Museo Solomon R. Guggenheim de Frank Lloyd Wright en 1959 ocasionó un gran rango de reacciones del público. Este profundo momento cultural fue representado en una serie de caricaturas publicadas en el New Yorker, simultáneamente satirizando tanto a la innovadora arquitectura como a sus críticos. Recientemente fueron compartidas en un post del blog del Museo Guggenheim. A través de detallados bosquejos, el caricaturista Alan Dunn representó la experiencia del edificio, desde observar las ventas del exterior hasta caminar por la gran rampa. En un dibujo muestra la perspectiva desde la planta baja viendo hacia el domo, enfatizando la curvatura y geometría del edificio.
Además de mostrar la arquitectura, Dunn incluye diálogos entre visitantes del museo que muestra su asombro o escepticismo acerca del edificio. Los textos agregan un sentido del humor a las caricaturas junto con observaciones sinceras: viñetas como la de un hombre asomándose alrededor de una pintura colgada sobre un muro curvo ejemplifican la desorientación que sentían algunos visitantes. A través de sus caricaturas del Guggenheim, Dunn nos muestra la combinación de emoción e irresolución que acompaña el primer encuentro con obras arquitectónicas sin precedente.
Para conocer más a fondo la caricatura del Guggenheim del New Yorker y ver algunos de los dibujos originales, lee el artículo de Caitlin Dover aquí.