"Desde que tengo un mínimo conocimiento del entorno he querido ser arquitecto y he llegado a la conclusión de que todo el pueblo es arquitecto"
Celebramos hoy el natalicio (Santiago, 1918) de quizás uno de los arquitectos chilenos de mayor relevancia, Fernando Castillo Velasco. Este Premio Nacional de Arquitectura (1983), titulado de la Universidad Católica, no sólo se destacó como un gran arquitecto, sino que además dedicó gran parte de su vida a ser académico, como Rector de la misma universidad, y funcionario público, como Intendente de Santiago y alcalde de la Comuna de la Reina durante cuatro periodos.
Recordamos a este gran arquitecto con algunas de sus reconocidas obras como el Conjunto Residencial Torres de Tajamar, o la Unidad Vecinal Portales, entre otras, junto a sus socios Carlos Bresciani, Héctor Valdés y Carlos Huidobro, uno de los estudios de arquitectura más importantes del país, desarrollando una tendencia moderna, radical y desafiante. Estos referentes de la arquitectura moderna, demuestran este carácter innovador de sus diseños, solo uno de las tantas facetas de la profesión en las que logró desenvolverse con gran éxito, generando un enorme aporte y valor en la arquitectura latinoamericana.
En su primer periodo sus obras estuvieron marcadas por el expresionismo, inspiradas en la arquitectura de Le Corbusier, con rasgos estructurales y tecnológicos. Sin embargo pasado el tiempo, la arquitectura de Castillo Velasco se fue encaminando hacia las posturas arquitectónicas orgánicas de Wright, como se puede observar en sus casas en comunidades, con el objetivo social de establecer una relación más directa con el usuario. Más adelante se diversificó, diseñando sucursales bancarias, conventos, entre otras cosas. Una de sus importantes obras de este periodo es la Quinta Michita, construida entre los años 1977 y 1984, que incorporaba un sistema constructivo basado en ladrillos, intentando recrear el cité, lo que generó un amplio debate.
Entre sus reconocimientos podemos encontrar el ya nombrado Premio Nacional de Arquitectura el año 1983, el Premio América de Arquitectura en 1989, el Premio Bicentenario el año 2008, llegando además ser Padre Ilustre de la Comuna de La Reina en 2013, Medalla de Oro en la IX Bienal de Quito, Premio Fundación Futuro y finalmente el pasado julio un tramo de la avenida Larraín en La Plaza Clorinda Henríquez ubicada en La Reina en Santiago fue rebautizado con su nombre.
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