En perspectiva: Oscar Niemeyer

Escrito por Karina Duque
Publicado el 15 de Diciembre, 2015

“La arquitectura es una cuestión de sueños y fantasías, de curvas generosas y de espacios amplios y abiertos.”

Hoy, 15 de Diciembre, habríamos celebrado 108 años de un genio de la arquitectura, Oscar Niemeyer, uno de los arquitectos más importantes de la arquitectura moderna latinoamericana, nos dejó un largo número de obras construidas, algunas de ellas verdaderos y admirables clásicos.

Este apasionado por la arquitectura, a quien recordamos hace unos días por el aniversario del segundo año de su lamentable fallecimiento, trabajó hasta sus 104 años desde su oficina en Copacabana, en Río de Janeiro, donde proyectaba obras tanto para Brasil como para otros lugares del mundo. Autor de proyectos icónicos como la Sede del partido Comunista Francés, la Catedral de Brasilia, el Museo de Arte Contemporáneo Niteroi – MAC, Niemeyer fue un gran seguidor y promotor de las ideas de Le Corbusier.

Oscar asistió a la Escuela Nacional de Bellas Artes de Río de Janeiro entre 1929 y 1934, cuando concluyó sus estudios convirtiéndose en un arquitecto-ingeniero. Empezó a trabajar con Lucio Costa también en 1932, una asociación profesional que duraría décadas y resultaría en algunas de las obras más importantes de la historia moderna de la arquitectura mundial.

© Flickr: usuario- Christoph Diewald. Used under Creative Commons

En 1936, junto con Le Corbusier, Lucio Costa, Affonso Eduardo Reidy, Carlos León, Jorge Moreira y Ernani Vasconcellos, trabajó en el proyecto del Palacio del Capanema - Ministerio de Educación y Cultura (MEC) - situado en el centro de Río de Janeiro. El edificio - una barra horizontal que cruza una hoja vertical - se completó en 1945 y es considerado como la piedra angular de la arquitectura moderna brasileña, atrayendo la atención internacional a Brasil.

En 1950 comenzó a diseñar la que sería más adelante la capital federal de Brasil; Brasilia, fundada finalmente en 1960. Luego de haberse radicado en Francia durante 19 años, por el golpe militar que afectó a su país, regresó a Brasil destacándose por sus maravillosas e innovadoras obras.

Lúcio Costa, autor del Plan Piloto de la nueva capital, dijo en una entrevista con Ana Rosa de Oliveira en 1992 que "cuando se convirtió en presidente Juscelino, tenía un arquitecto en el bolsillo, Oscar Niemeyer. Fue un arquitecto elegido previamente. Esto significa que la competencia era sólo en la planificación urbana de la ciudad, el Plan Piloto". La colaboración de Costa y Niemeyer le rindió al mundo algo nuevo : La construcción de una ciudad hecha enteramente sobre la base de los principios modernos de la funcionalidad y la estética.

Una de sus principales características, lo que se destacó como la gran contribución de este arquitecto para la arquitectura moderna, es el uso de las curvas en sus estructuras de hormigón, expandiendo las posibilidades formales y compositivas de este material, que se reflejan en obras como la Iglesia de Pampulha, el Museo de Niteroi, o una obra más reciente el Pabellón Ciccillo Matarazzo.

Oscar Niemeyer nunca fue un erudito, nunca se interesó en las teorías, jergas o clichés. Su trazo torcido siempre fue preciso. Siempre llevó con él el peso de sus ideales. O tal vez era sólo una idea que tenía, simple e inocente: dar belleza al mundo. Y así lo hizo.

Revisa a continuación algunos proyectos del gran Oscar Niemeyer publicados en nuestra página

Clásicos de Arquitectura: Pabellón Brasilero de 1939 en Nueva York / Lucio Costa & Oscar Niemeyer