En 1990 China tenía una población de 1.100 millones de personas y solo tres de sus ciudades contaban con una red de Metro (Beijing, Hong Kong y Tianjín). 27 años más tarde, y una población de 1.370 millones, el número de redes aumentó diez veces. Y esto no se detiene.
Ante el enfriamiento de la economía china, Beijing anunció en 2015 la construcción de 6 nuevas líneas y la ampliación de otras seis, mientras el Ministerio de Transporte permite desde 2016 que ciudades con una población mínima de 1,5 millones de habitantes puedan contar con su propia red de Metro. Anteriormente estaba limitado a urbes con 3 millones de habitantes e ingresos anuales de 10.000 millones de yuanes (1.530 millones de dólares).