En nuestras ciudades, frente a los actuales y acentuados desafíos globales en los que nos encontramos -crisis ambiental, crisis sanitaria y crisis económica-, hay una pregunta clave sobre la que deberíamos trabajar urgentemente: ¿Cómo preparar a los sectores más vulnerables?
Es que los datos no son alentadores, al mismo tiempo que las poblaciones urbanas crecen a ritmos históricos producto de los grandes flujos demográficos en busca de mejores futuros, nos encontramos con que las ciudades, grandes consumidoras de energía y productoras de emisiones, tienen otra particularidad: 3 de cada 5 corren un alto riesgo de sufrir un desastre natural.