1. Casa de Estudios para Artistas / Antonio Bonet. 2. Terrace Palace / Antonio Bonet, Roberto Luna, Raúl Fernández y Alejandro Zamudio. 3. La Obra Urbana de Togo Díaz / José Ignacio Díaz. 4. Colegio Manuel Belgrano / Bidinost+Chute+Gasó+Lapacó+Meyer. 5. Biblioteca Nacional Mariano Moreno / Testa, Bullrich y Cazzaniga. 6. Facultad de Arquitectura de Mendoza / Enrico Tedeschi. Image
Dentro del territorio sudamericano, se han establecido diferentes fechas para homenajear y honrar la trayectoria, vida y obra de los profesionales de la arquitectura. Mientras en Uruguay se celebra cada 27 de noviembre en relación a la creación de la primera Facultad de Arquitectura, en Brasil cada 15 de diciembre en homenaje al nacimiento de Oscar Niemeyer o en Chile cada 4 de agosto por la fundación del Colegio de Arquitectos, la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA) mantuvo el 1° de julio para conmemorar el Día del Arquitecto/a Argentino/a respetando la instauración del Día Internacional de la Arquitectura, constituido por la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 1985.
Lograr el mayor aprovechamiento de los espacios, reducir la pisada de las edificaciones que se construyen y diseñar una distribución óptima que pueda suplir las necesidades de sus habitantes resultan ser de los requerimientos y desafíos que afrontan, día tras día, arquitectos y arquitectas alrededor del mundo. A través de la implementación de determinados materiales, la definición de la morfología o mismo las condiciones geográficas y naturales del terreno es posible llevar a cabo diversas estrategias que permitan proyectar viviendas con el confort que sus usuarios necesitan y en la menor cantidad de metros cuadrados posible.
Si bien muchas de las viviendas construidas durante el movimiento moderno, a modo de ensayos proyectuales sobre los nuevos modos de habitar, fomentaron una aparición temprana de los "híbridos programáticos", asociando de manera usual las viviendas de artistas, pintores o arquitectos con sus espacios de trabajo –basta con recordar, por ejemplo, el atelier que Le Corbusier diseñaría para el pintor Amadee Ozenfant en el año 1922 -, hoy en día, los nuevos modelos laborales y la hiperconectividad han favorecido aun más el desarrollo de una nueva tipología que considera que los espacios de trabajo pueden formar parte de la arquitectura de carácter residencial. Arquitectos, escritores, fotógrafos, diseñadores y pintores elijen, cada vez con mayor frecuencia, integrar sus estudios y talleres a sus viviendas, fusionando en un único conjunto el habitar con el trabajar .
Independientemente del diseño que se adopte para los espacios de las cocinas, desde hace ya algunos años y cada vez con mayor frecuencia son muchos los arquitectos y arquitectas que deciden proyectarlas integrándolas a otros ambientes del hogar. Libres de muros o carpinterías divisorias, las cocinas integradas se implementan con el objetivo de dejar a la vista de todos las actividades que allí se llevan a cabo fomentando la interacción y la comunicación entre los habitantes.
Las herramientas desarrolladas en torno al trabajo de la madera, junto con las nuevas técnicas de producción, seccionamiento y tratado del material han permitido, gradualmente, obtener productos muy variados y de alta calidad -con diversos tamaños, resistencias, tonalidades, formas y colores-. Estos avances han permitido que la madera, como recurso, sea capaz de satisfacer las más variadas necesidades en torno a la construcción, oficiando de estructura, cerramiento, revestimiento o mobiliario en una gran cantidad de proyectos de arquitectura.
Ya sea como cerramiento de un sistema constructivo en seco –como Steel frame o Wood frame, montándose sobre armazones constituidos por perfiles de acero o madera-, o como revestimiento exterior en obras construidas con sistemas tradicionales, la chapa acanalada se presenta como una opción ventajosa a la hora de materializar las terminaciones exteriores de un proyecto arquitectónico debido a su economía, su mínimo mantenimiento y su versatilidad, permitiendo materializar tanto cerramientos verticales como cubiertas.
Hoy en día, la bicicleta no solo es utilizada para hacer deporte o para actividades recreativas, cada vez son más las personas que deciden usarla como su medio de transporte principal.
La arquitectura cumple un rol fundamental en el incentivo de la bicicleta, ya que una ciudad correctamente equipada con ciclovías seguras, estacionamientos en donde dejar la bicicleta guardada y áreas libres en donde poder pasear y recrearse, fomentan que la gente realmente decida bajarse del auto.
El Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar, usualmente conocido como PRO.CRE.AR, es un programa creado en el año 2012 por el gobierno nacional de Argentina para apoyar e incentivar la construcción de nuevas viviendas en el país a través de créditos económicos. Mediante este programa, muchas familias accedieron a la posibilidad de materializar su primera vivienda propia lo cual, a la vez, generó un incremento en la demanda del diseño y la construcción de obras nacionales. De esta manera, los créditos de viviendas también les abrieron las puertas a oficinas y estudios jóvenes para producir y construir arquitectura local, sorteando las limitaciones impuestas por el marco económico del propio crédito y sus condicionantes de superficie y tiempo.
En los proyectos de vivienda colectiva, apartamentos y conjuntos residenciales, las intenciones proyectuales respecto a las espacialidades o las atmósferas suelen concentrarse en los espacios donde los habitantes pasan la mayor parte de su tiempo: el interior de las unidades de viviendas y, de haberlo, los sectores de uso común –gimnasios, salones de usos múltiples, etc-. Los espacios de circulación, en cambio, son tomados como “zonas de paso”, por lo que muchas veces terminan respondiendo más a cuestiones funcionales que espaciales.