Durante los primeros días de cuarentena en las distintas ciudades del mundo pudimos ver las calles, plazas y parques desiertos, casi inertes y desiertos. Una de las cosas que más se anhelaba los tiempos pre-pandemia, era la vida que tenían los espacios urbanos. Hemos compilado una serie de proyectos de espacio público que demuestran cómo la escala humana da vida a los lugares.
José Alberto Bastidas
Espacios públicos con y sin escala humana: La ciudad a la altura del ojo y a 5 Km/h
Hacia una remediación desafiante de las ciudades (hace mucho tiempo que son deficientes)
La ciudad como la conocemos está colapsando y es incapaz de plantear nuevas alternativas de vida. El virus nos está obligando a asimilar el agotamiento de las edificaciones que comprende la ciudad y de los sistemas en cómo ha sido concebida toda la urbe en sí misma. Actividades básicas separadas por kilómetros de distancia entre calles que no pueden ser transitadas, naves y galerías como envolturas cerradas y aclimatadas artificialmente que ya no admiten concentraciones, y que por ende tampoco son visitables, capsulas infrahumanas apiladas una sobre otra en torres que no contemplan espacios abiertos, áreas comunes, ni naturaleza, donde prácticamente no existe contacto con el exterior, serán cada vez mas disfuncionales con el paso el tiempo.
11 reglas a seguir para diseñar mejores espacios públicos
La 3a Semana Internacional de Placemaking, presentada por Project for Public Spaces (PPS) tuvo lugar del 1 al 4 de octubre de 2019 en Chattanooga, Tennessee. La semana inspiradora y atractiva diseñada después de las ediciones anteriores en Amsterdam en 2017 y Vancouver en 2016, es una reunión global de placemakers de diferentes sectores para discutir ideas y compartir estrategias para impulsar el concepto de hacer lugar en la ciudad anfitriona y a un nivel internacional.
PPS, la organización sin fines de lucro detrás de la Placemaking Week, ayuda a las personas a crear y mantener espacios públicos que construyan comunidades sólidas. En 1999, elaboraron "Cómo cambiar un lugar", un libro que definió el movimiento de placemaking, creando una guía de 11 principios a seguir para crear espacios comunitarios vibrantes.