Según Vitruvio, Cayo Sergio Orata es el creador del hipocausto. La palabra, proveniente del latín hypocaustum, en una traducción literal que significa acceso desde abajo. Se trata de un sistema de piso elevado sobre pilotes cerámicos donde, en un extremo, se ubica un horno que proporciona calor al espacio subterráneo, elevándose a través de muros construidos con ladrillos perforados. Los hipocaustos calentaron, a través del suelo, algunos de los edificios más importantes del Imperio Romano (incluidas algunas residencias) y, sobre todo, los famosos baños públicos.
Con un funcionamiento similar, pero en Oriente, encontramos el Ondol. Se estima que se desarrolló durante los Tres Reinos de Corea (57 a.C. – 668 d.C.), pero algunos investigadores señalan que la solución se utilizó mucho antes. El sistema manipuló el flujo del humo de los agungi (estufas a leña rudimentarias), en lugar de intentar utilizar el fuego como fuente de calor directa. Este sistema incluso llamó la atención de Frank Lloyd Wright, como se señala en este artículo, quien adaptó el sistema para usarlo en la calefacción de viviendas en Estados Unidos y en su importante Hotel Imperial de Tokio. ¿Cómo funcionan actualmente los sistemas de calefacción por suelo radiante?