El pasado 26 de mayo se inauguró el pabellón de México en la 15 Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia. Se trató de un mapeo de arquitectura social y participativa en el país que muestra una serie de edificios y procesos donde los constructores, promotores y usuarios figuran como protagonistas junto con los arquitectos.
Por tratarse de una exposición que documenta esquemas de participación, desde un inicio nos dispusimos a participar en ellos. Es decir, más allá de seleccionar un conjunto de obras y presentarlas en Venecia consideramos que la Bienal era una gran oportunidad para sumar aprendizajes, iniciar conversaciones y dar pie a nuevas colaboraciones. Rehabitar el pabellón veneciano supuso un binomio de arquitectura y gente; rehabilitarlo es una cuestión de forma, de la arquitectura en su forma más pura. Tratamos de evitar la arquitectura de revista, aquella inverosímil que se muestra cuando aún no es habitada.