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Arquitectos: a|911
- Área: 650 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Onnis Luque
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Proveedores: MACERE México, CONCRETO CRUZ AZUL, Cemex, Tecnolite
Descripción enviada por el equipo del proyecto. PILARES Valentín Gómez Farías es un recinto ubicado en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México, que forma parte de una iniciativa y política pública con el objetivo de reconstruir desde la colonia a través de una arquitectura comprometida, un centro comunitario que beneficie a la ciudadanía.
De acuerdo con el programa, la propuesta da prioridad a la población joven que han abandonado las instituciones educativas formales, a las mujeres que necesitan fortalecer su autonomía económica y a las comunidades que actualmente no tienen acceso a instalaciones culturales y deportivas dignas.
El edificio se localiza al interior del Parque Rosendo Arnaiz, contiguo a la estación de metro San Antonio, dentro de los límites de los antiguos frontones del parque que se encontraban deteriorados y daban pie a la criminalidad.
Dos muros celosías enmarcan el edificio en los extremos oriente y poniente del predio, desarrollando en su interior un recinto reticular que se distribuye en una serie de aulas y espacios educativos iluminados y ventilados naturalmente gracias a una serie de tragaluces orientados al norte con distintas alturas. Las aulas se conectan entre sí por un andador longitudinal, haciendo de este un pabellón más que un edificio.
Dos jardines en los extremos Norte y Sur reciben a los usuarios del centro y funcionan como extensión del parque que alberga diversos programas como zonas de estar, lectura y foro al aire libre, creando un sistema educativo en donde al exterior del centro también se aprende.
El edificio se entreteje con el parque a través de un gesto noble y equilibrado entre la permeabilidad y presencia. Es una arquitectura de bajo impacto, conceptualizado sobre la huella de lo que fueron los frontones del parque.
El edificio se entrelaza con la historia del contexto y de su tipología. Su materialidad de muros de tabique y columnas de concreto armado busca hacer memoria de las infraestructuras sociales y educativas de décadas anteriores con una nueva morfología.
Su concepto central es la creación de un nuevo paisaje, un horizonte con dimensión cívica. La horizontalidad de los muros de celosía se contrasta mediante múltiples gestos de verticalidad: un sistema de tragaluces con una fuerza expresiva en el entorno.